Un poema para mi muerte

Con cada letra me suicido
Penetro al mundo de las sombras
Donde lo nostálgico es alivio
A cada dolor que no me asombra.

Cada fonema es una herida
Que en su frase lame mi llanto
No sucumbe ante el espanto de la querida
Es la llama que arde en el quebranto
Donde amo la muerte vida mía,
La amo por ti, por que en mi osadía
Fuiste la Rosalía de Becker
mi hermosa abulense
La sinfonía de muerte,
Que en mi lecho supo quererte.

Y en cada letra el llanto profundo
Haciéndose mas hondo
Con cada murmullo,
Con cada maldición,
En que desacelera mi pulso
Sin pasión el corazón,
Es el vestigio de la muerte
Presencia, espectro silente
Que me quita el aliento,
Anda déjame pronunciar su nombre
Decir que muero sin su piel
Que solo a ella fui fiel,
Que no amare nunca otro ser
No más hermoso que mi lady undomiel.​

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Emmanuel me encantó el comienzo, las dos primeras estrofas son fabulosas.... me gustó leerlo


María Laura