Un relato del pasado (fin del relato)

¡Era verdad! este héroe montado en unicornio azul que tenía grandes alas blancas, y por sus ojos salían chispas de fuego que si tocaban a cualquier hombre lo dejaba inmóvil por mucho tiempo, también traía una gran espada de plata que tenía el mismo poder del animal, pero estos dioses no querían marcharse y planearon un ataque para apoderarse del hermoso corcel azul y con sus espadas listas salieron al encuentro del valiente héroe que se preparaba para subir en su unicornio, antes que lo pudiera hacer, estos dioses de la maldad se lanzaron contra él y lo derribaron, en su lucha una espada se clavó en los ojos del unicornio dejándolo ciego, ellos pensaron que habían derrotado al héroe y se burlaban de él y proferían palabras de reto, y diciendo: ahora si seremos los únicos dueños de este hermoso lugar, aquí construiremos una gran fortaleza y todo aquel que quiera intervenir será arrestado, el valiente héroe al que llamaban Oshirus se levanta con su espada en mano y apuntando contra ellos la sacude con fuerza y al momento que los rayos de fuego salen a gran velocidad cayendo sobre estos hombres y dejándolos paralizados.

Pero esto no era suficiente para derrotar al enemigo, su ejército era muy numeroso y no se daban por vencido, así continuamente era lucha tras lucha y batalla tras batalla, los que sufrían en gran manera eran los niños las mujeres y los ancianos sin dejar atrás los hombres que eran obligados a luchar en contra de su voluntad, en las noches cuando las estrellas eran más luminosas y la luna dejaba salir todo su cuerpo se veía un corcel volando en los aires era tan veloz que apenas si se podía ver su sombra, las personas que lo veían decían que eran los dioses que se preparaban para la gran batalla final.

Oshirus con su valiente corcel pide a los dioses que para su batalla final lo acompañe un ejército con armadura de estrellas fugases para que le de la libertad y paz que su pueblo siempre vivió, ya con todo preparado se reunieron en el valle de turajan y se da inicio a la gran batalla y allí Oshirus acompañado del ejercito dado por los dioses luchan sin cesar contra los dioses de los monstruos marinos, al pasar días y sus noches con sangre derramada de inocentes, pérdidas no solo humanas si no de fantásticas especies y hermosos paisajes sus almas se estremecían de dolor y las lágrimas rodaban por sus mejillas, no eran cobardes pero sentían que no aguantaban tanto dolor, estos dioses no solo habían invadido sus tierras robado sus tesoros sino que los obligaron a cambiar sus costumbres y a ver sus generaciones mezcladas con la sangre se los dioses sin alma,

Tanto fue que los mismos dioses lloraron a cantaros y con su llanto que provenía del cielo lavó la sangre derramada sobre su tierra, y se condolieron al punto de enviar el ejército y con su poder pudieron derrotar a los malvados, los pocos que quedaron fueron expulsados de aquel lugar, el unicornio recuperó la vista y el valiente Oshirus alzó su espada como símbolo de paz, hoy en día todavía existe el monumento con el valiente y su espada en el mismo lugar de la batalla.

Fin?