Un rosario de sueños rotos y amores profanos

Aquí me tienes,
desnuda ante ti y ante todos.
Desnuda ante el mundo
que me impide seguir soñando,
ante tus veladas acusaciones,
las injurias que me regalaste
y esos insultos indelebles
que dejaste grabados
en mi maltrecha alma.
Aquí me tienes
y entre tu y yo,
entre mi piel y mi deseo
llevo tan solo
un rosario de sueños rotos.
Caricias perdidas
sobre la desnudez de mi cuerpo,
promesas dulces
que se volvieron de hiel
al contacto de tus labios
cuando el aire hirieron
y que hoy atesoro
en mi carne y en mi pecho,
enhebradas como un collar
a este rosario de sueños rotos
que me cubre como un sudario,
que me remueve por dentro
agitando mis entrañas,
donde mi sangre bulle
a borbotones húmedos,
donde aún perduran aquellas
lenguas habidas que lamen
el fuego en que me quemo.
Eriza mi piel el recuerdo,
el aroma de tu pelo,
el susurro de tu voz
y hasta el levísimo contacto
de tu mano en mi mano,
de tu mirada en mi mirada,
la caricia de tus dedos
dibujando despacio
la silueta de mi cuerpo.
Y una cascada de llanto
anega mis ojos arrasándolos,
se desborda al filo de mis pechos
y se pierde en lo profundo
de mi deseo ahora yerto.
Y así me pierdo,
de un sueño a otro sueño,
entre caricias y besos robados,
mientras recorro mi cuerpo en solitario
y voy rezando en silencio,
en suspiros entrecortados,
ese rosario de sueños rotos
y amores profanos
donde aún te sigo viviendo.


Carmen

(4 de mayo del 2016)


Copyright©
​

 

Un poema de amor que es un monumento de llanto, nostalgia, melancolía y recuerdos. Un amor vivido con mucha intensidad. Saludos cordiales.

 

Jo, bello y triste poema por la crudeza de sus versos y el sentimiento de desamor tan grande que refleja, me ha gustado, está muy bien escrito y llega al lector. Un abrazo amiga Bella sin alma, por cierto tu Nick es una preciosa canción de Richard Cocciante, seguro que la conoces. Un abrazo. Paco.

 

No se qué decir.Me parece tan bello y al tiempo tan cruel por parte de el.
No debería haber un amante tan cruel.Y es tan bonito todo esto que
escribes.Y con tanta delicadeza y arte que no te mereces un amante tan cruel.
Tampoco es cruel la palabra sino otra cosa.No se qué decir.
Disculpa..Saludos de Saturno

 

Hermoso poema, muy bella pluma que describe esa dualidad tan común: Amor y sufrimiento
no concuerdo con los que dicen que para seer feliz hay que sufrir primero
no deberíamos de sufrir, ni antes ni después...
Muy grato leerte, saludos y abrazos
Alfredo

 

Muchas gracias, EBAN. El amor, pocas veces es alegre. Creo que la alegria corresponde más bien al periodo de enamoramiento, luego, el tiempo atenua la alegria y la va cubriendo de ese paño de nostalgia y recuerdos.

 

Muchas gracias por tus palabras, Paco. Sí, si conozco la canción de Richard Cocciante, una de mis favoritas, por cierto. Aunque mi nick, lo de sin alma... tenga un significado algo más... espiritual. Me encantara pasearme por tu blog y por tus versos e igualmente te invito a visitar el mío. No es que sea gran cosa, al lado de tan grandes poetas, me siento muy pequeñita e insignificante, pero es una parte de mi y un pedazo de esa "alma" que un día perdí.

 

Gracias, Saturno. No te preocupes, amigo... A veces, sobran las palabras para expresar lo que queremos decir. Y sí, aunque cruel, todo dolor enriquece a quien lo padece.

 

Gracias, Alfredo, por tus hermosas palabras. Sí, yo tampoco estoy muy de acuerdo con eso de tener que sufrir para ser feliz. Pero te diré algo desde mi óptica, desde la óptica de alguien que he sufrido toda una vida. El sufrimiento deja de ser sufrimiento cuando se alcanza la comprensión de que hasta el sufrimeinto puede ser alegria. El amor, es algo que cada uno siente a su manera y que no depende de lo que el otro ser sienta. Si se ama de veras, ese amor te engrandece y dulcifica tu existencia sin importar si eres correspondido o no, si eres correspondido en tu felicidad o no. Amar sin esperar, es amar desde el corazón.

 

Gracias por tu comentario, Joblam. El amor, cuando es sincero, es un sentimiento que siempre ha de ser vivido con la mayor de las intensidades aún después de haberse desvanecido