Un simple recuerdo

Como amores eternos hay muy pocos,
y no es que esperara, algún día, cumplirlo contigo.
Porque en mi profunda conciencia sabia lo imposible a tu lado,
no me quedó mas remedio que curtirme en la experiencia del desamor.

No me quejo de haber aprendido a las fuerzas
por aquellas rupturas sentimentales que en mi corazón habitan y mucho mas en lo oscuro de mi mente.
Pero aun no aprendo como ganarle la batalla a tus recuerdos.

Aun a este escalón debo subir uno mas
soltando cada caricia tuya que me hacia estremecer,
si es que quiero seguir viva dentro mio, lejos tuyo
tomandome licencia eterna al planteo de tu querer.

Lo que luego quieras hacer con este adiós, ya no es cosa mía;
Y es que en verdad no me importa los próximos dados que vas a tirar.
Deje de jugar tu absurdo juego hace tiempo.
Así que no tomes mas mi mano a la que solías ilucionar.

Y no es que diga que nunca me tuviste algo de aprecio.
El asunto es ¿hasta que precio yo debía dejarme querer?
Y no es que no quisiera convivir con tu calor,
solo que bajo tus sombras refugio estaba buscando yo.

¡Como lo iba a encontrar si aquellas se corrían cada que yo me acomodaba bajo su oscuridad!
Esas alas negras que me abrazaban mostrándome lo libre que se podía ser al volar
y luego me lanzaban como Ícaro caído del cielo
a un océano opaco y lóbrego en donde no podia respirar.

Aun así te quise sin rencor ni resentimiento
y deseo ver tu sonrisa cuando pases con otros amores.
Porque sólo así sabré si en verdad eres feliz
y es que obviamente se que estas bien lejos de mi.

Hoy tengo la esperanza de que algún día tu imagen se desligue de la decilusion.
Que te nombren y en silencio no sienta pesar por haberte tenido en un segundo.
Quiero pronunciarte sin miedo y sin vergüenza
y no sentir escalofrío ante tu misteriosa presencia.

De mi adiós haz de el lo quieras porque no espero que lo guardes en tu maleta de recuerdos.
Solo anhelo que escapemos, cada uno por su lado.
Que me sueltes despacio sin la necesidad de tirarme desde lo mas alto.
Sintiendo que fui mas que una carta para tus manos.

Olvidarte no fue fasil pero tampoco imposible
Hoy puedo desconocer algún pasado lindo u horrible
que quizá, y por esas casualidades, pude tener contigo.
Porque tan solo tu nombre es fúnebre mente audible.

Solo me queda el adiestramiento y la experiencia
de haber querido a alguien que me quería al menos un poco
y no sentir un sabor amargo en mi boca por recordar viejos tiempos,
que quedaron sellados en lo mas recóndito de nuestros cuerpos

 

Te queda una experiencia de vida y la oportunidad de encontrar algo mejor a lo que tenías, decir adiós siempre es difícil, pero muchas veces es necesario. Un gusto pasar por acá y leerte.