Un sueño, un pensamiento, un sentimiento, un ideal

En las horas más oscuras del sentimiento
es cuando más brillan en mí los pensamientos.
Pensamientos de mí, pensamientos de ti, de todos... ¡de todo!
Pensamientos que buscan razones,
pensamientos que lloran decisiones,
pensamientos que se preguntan el por qué,
pensamientos que planean el cómo,
pensamientos que lamentan el pasado y otros que desafían el destino.

Tantos pensamientos que no se detienen, sólo van y vienen.
Y entre todos esos pensamientos surge un pequeño punto de luz en la espesa oscuridad de mis sentimientos...
Pensando en todo nace un escaso pero constante rayo de esperanza,
un sueño que, él solo, es capaz de desafiar todas las pesadillas en mi cabeza.

Es entonces cuando de mis pensamientos surge un sueño de ver a mi pueblo feliz,
de ver a mi pueblo tan unido y con un pensamiento tan crítico,
con un sentimiento tan colectivo,
que no permite que se le vulneren los derechos
a ninguno de sus hermanos,
¡nunca más!

Un sueño de un pueblo educado y firme,
un sueño de un pueblo autónomo, independiente y soberano.
Un sueño de un pueblo donde los pobres gobernemos a los ricos,
un sueño donde los militares de mi pueblo tengan que dejar su labor porque es innecesario,
donde los policías se cambien por profesores
y las armas por cuadernos.
Donde las cárceles sean universidades
y los batallones hospitales.

¡un sueño de PAZ!
¡un sueño de LIBERTAD!
¡un sueño de PATRIA!