Un té negro por favor

Absorbes todo,
te proclamas ante mí con autoridad,
es tu placer el verme tirada en el suelo absorbiendo una a una mis lágrimas,
aquellas que aún tibias, florecen como rosas de tu gozo.
No es, sino, un acalorado baile de masas chocando frenéticamente, las garras que trazan galaxias en mis venas.

Como un virus te expandes, vomitas restos de culpa en mi boca,
mastico, saboreo y luego trago.
Sólo soy un personaje más,
aquí en tu obra maestra,
metida entre párrafos que me atrapan en el averno de tu sonrisa.

¿Por qué no acabas con éste eco que se oye en mi pecho?
Manifiestate,
exhibe tu forma umbrátil,
desgarra todo a tu paso,
prohibe a mis pulmones actuar
y has de ésta pena,
el protagonista de tu exterminio.