un verso entre cada latido

A veces pienso que soy nada
A veces siento que soy todo

Por el río reptan lágrimas invisibles,
Rústica es la desnudez de un corazón de roca
Puede que lo sienta todo o tan solo nada,

A veces la vida es toda
A veces toda cabe asfixiada
En el puño de mi mano temblorosa

A veces un ramo de rosas se viste de belleza
A veces, es un negro ramo de cadáveres perfumados
A veces hay ramos de negra gente perfumada.

Un hombre deja de existir cuando muere…
La flor, marchita y aplastada aun resiste el beso de lo inevitable,
Persiste intacta, sabia, frágil, casi libertina…

Como durmiendo, como tesoro en lo profundo,
Fina y fría entre amarillentas sabanas de papel,
Arropada quizás por las tapas de algún anciano libro.

Son últimos los rayos, saluda la tarde,
Mi corazón se hunde en el horizonte
Penetrando el mar tan solo con un recuerdo…

Ahí viene la noche con su mejor vestido frío
Sosteniendo un nudo para mi garganta...
Arrastrando mariposas muertas para mí estomago…

Un rostro de mujer se me hace infaltable, difuso y ojos hundidos
Es laborioso ver la vida a través de una lágrima negra
Es placentero observar hasta donde arrastra el dolor.

¿Como entretener a una mente sin flor…?
¿Como podría amarme una flor que ha perdido su alma ?
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Hoy las melancolías
saben bien, saludos.