Una canción

Mareílla 9

UNA CANCIÖN

Dejad aquí una canción
y juntos la cantaremos
aunque algunos la entonemos
con acento machacón.

Canción
relinda,
nos brinda
su son.

Ya todos
cantamos
bailamos
sin modos.

Atentos
y humanos,
hermanos
contentos.

Somos alegres, festivos,
formamos una hermandad,
confianza y amistad
crean lazos afectivos.




​

 

Me ha encantado hacer salir tu vena cantora, amiga Ranula y así te sigo:


Olé Ranula cantora,
no sé si es cumbia o es rumba
lo que en tu canción retumba
con su gracia encantadora.

Y es que tu sangre cubana
arde al son de las maracas,
hace oir sus alharacas
de la noche a la mañana.

¡Vamos, vayamos al monte
y al cielo el canto remonte!


​

 

Me complace ver que seguís con buen humor mi invitación añadiendo vuetras coplas:

El entorno juglaresco
no desdeña la ironía,
envuelta con fantasía
en un tono picaresco.

Así las coplas graciosas
se abren memoria en la gente
que las canta alegremente
en sus reuniones jocosas.

Un rasgueo de guitarra
mantiene el ritmo del canto,
alguno se pierde un tanto
y su voz nos achicharra.

¡Vamos todos a la era
a bailar la sandunguera!




​

 

Encantado recibo tus coplas, Mujerbonita, acompañando a mi petición:

Mi guitarra llevaré
cuando bajo tu balcón
con voz llena de emoción
mi rondalla entonaré.

Espero te asomarás
y me darás tu atención,
palpitante el corazón
un beso me enviarás.

Te invitaré a pasear
bajo la luz de la luna
y tener la gran fortuna
de que aceptes caminar.

¡Vámonos al malecón
a entonar nuestra canción!


​

 

¡Ay, Cupido volandero!
Deja tus flechas tranquilas,
coge y mueve las esquilas
con ritmo de sonajero.

Vamos a beber cerveza
fresca, de pura cebada
para animada velada
que en este momento empieza.

Aquí llegan los maestros
rapsodas a recitar,
artistas del declamar
que en el canto son muy diestros.

¡Vámonos a la bodega
de mi casa solariega.


​

 

No se puede resistir
la invitación seductora
de esta entusiasta señora,
no precisará insistir.

Para viajar predispongo
pasaporte en condición,
el billete del avión
y maletín con jorongo.

La guitarra llevaré
para amenizar la fiesta,
suculenta mesa puesta,
un mate me tomaré.

Vámonos para Uruguay,
invita Almahern. ¡Qué guay!




​

 

No vale penar, sufrir,
evitemos la congoja,
con un trago de Rioja
procuremos sonreír.



​

 

Suenan espuelas, se danza
la cueca con el pañuelo,
hace el charro de señuelo
de la moza en asechanza.

Un pisco sauer me tomo
para bailar un rondón
de Castilla y de León
con elegancia y aplomo.

La rumba de Guaguancó
marcarán las tumbadoras,
caballeros y señoras
siguen el son del bongó.

¡Vamos, Chile nos espera
con su fiesta bullanguera!


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Es claro que tu no sabes que yo he bailado la Cueca, estuve un tiempo en Santiago montando las dos primeras líneas del metro...:::banana::: Todavía había toque de queda.

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Es que es un son pegadizo
que al baile invita y al cante
pues su ritmo cimbreante
nos resulta antojadizo.

Es el hechizo sambón
que llevamos en las venas,
basta un empujón apenas
y al cuerpo pone en acción.

Anímate, no resistas,
deja que el ritmo te lleve,
sentirás el cuerpo leve
y afanes contorsionistas.

¡Vamos a la discoteca,
bailaremos una cueca!



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Santiago es precioso y los chilenos cultos y amables, yo quedé encantado, también visité Valparaíso en plan turista, aún tengo bastantes recuerdos de allá, y algunas piedras de lapislázuli...:::banana:::

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