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Una cena de Nochebuena

Tema en 'Prosa: Melancólicos' comenzado por Pessoa, 22 de Diciembre de 2020. Respuestas: 2 | Visitas: 242

  1. Pessoa

    Pessoa Moderador Foros Surrealistas. Miembro del Equipo Moderadores

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    Recupero un viejo, viejísimo relato para ofreceros algún regalo de Navidad. Como podréis comprobar rebosa nostalgia y añoranza de otros tiempos que muchos ya no habréis conocido. Cosas de gente mayor. Y sobre todo con el añadido de mis más fervientes deseos de FELICIDAD, PAZ Y AMOR para estas fiestas y el nuevo año.

    CENA DE NOCHEBUENA


    El mustio sol de aquellos ocasos primerizos del invierno se reflejaba en el rosetón de la catedral próxima. Las delicadas filigranas de colores, milagrosamente preservadas de guerras y profanaciones, expandían sus reverberaciones como pajarillos revoloteantes por la penumbra del salón de la casona. Don Arturo, como un mueble más del solemne decorado, enjuto, severo y firme, fuera ya del tiempo, mostraba su patricia cabellera blanca por encima del respaldo del sillón que suele acoger sus interminables horas de inactividad.

    Un año más había llegado la Navidad y Don Arturo esperaba reunir a su gran familia -hijos, nueras, yernos y nietos; algún bisnieto ya- alrededor de la inmensa mesa de nogal. Un año más la vajilla de fina porcelana del Buen Retiro, de herencia familiar, junto a la cubertería de plata inglesa y la cuidada cristalería de Moser, comprada por un abuelo suyo que fue a tomar las aguas a Karlovy Vary, cuando aún era Karlsbad. En el multicolor caleidoscopio que los reflejos del rosetón catedralicio convertía a esas horas el salón y la imaginación de Don Arturo, todos colores alegres, delicados y vitales, los recuerdos, trémulos, afluían atropelladamente a su cabeza.

    Esta noche se reunirían de nuevo todos; sus ocho hijos vivos (a dos me los mataron en la guerra), cada uno con su esposa y... ¿cuántos nietos ya, Arturo? Creo que una media de cuatro cada uno, es decir.También vendrá mi hermana la viuda, Aurorita, no quiero que pase sola estas fechas tan entrañables. Y Doloritas, ese fruto de mi juventud alocada. Doloritas es la única que me queda al lado; buena chica, noble como yo y fuerte como su madre. Gracias a ella y sus desvelos voy tirando. Porque los chicos han ido cada uno por su lado y a pesar de su fidelidad a la familia no es frecuente reunirlos a todos. El mayor, Servando, sigue con la Notaría; por cierto, tengo que recordar decirle que me pase las escrituras de... La Notaría. Esta es ya la cuarta generación de notarios Agúndez. Otros dos, médicos, en Madrid; el arquitecto en Barcelona. Ricardito, el quinto, trató de establecerse cerca de mí, aquí en la ciudad, como abogado; aunque finalmente se marchó a …; no quiso competir con Servando por la notaría. Y todos los demás: mis hijos, mi obra.

    Doloritas, hija: ¿ya tienes preparada la mesa? Ya sabes, el mismo orden de siempre. Los críos en la salita de recibir, que se ocupen sus madres de ellos. Sobre todo mucho cuidado con no romper nada, que lo que tenemos es de mucho valor. ¿Han traído las pulardas del pueblo? ¿Y has podido recoger los besugos de la pescadería de … Ya empiezan a llegar. Ya oigo la algarabía de los niños. Estos arrapiezos, tan revoltosos. Doloritas, no los pierdas de vista, que éstos nos hacen cualquier trastada; que haya siempre algún mayor con ellos. Y que no entren todavía, ya sabes que me gusta que lo hagan ordenadamente, como siempre se ha hecho en esta casa. Un besamanos como yo hacía con mis padres y éstos con los suyos. Oh, pero que escándalo; ya se oyen las voces de las mujeres, como gallinas alborotadas. Ya verás, ya, Doloritas, como acabarán enzarzándose la mujer de Claudio, el ingeniero que se fue a Murcia, con la Florinda, la del abogado. No se soportan, pura envidia se tienen la una de la otra.

    Cómo voy perdiendo la memoria; me cuesta recordar quién es la mujer de quién. Y de los nietos, ya ni los nombres. Claro, vienen tan poco a ver a su abuelo.

    Bueno, Doloritas, nos esperan unas horas felices, aunque agitadas. Hoy día la educación y las formas han cambiado mucho. Antes, ya sabes, todos alrededor de la mesa; era casi como en la iglesia, había un respeto y un todo. Anda, hija; echa un vistazo a ver cómo van las pulardas, que tú tienes muy buena mano para el guiso. Pero qué escándalo están organizando; acabaré con dolor de cabeza; y esta noche quiero estar alegre y despierto. Doloritas ¿te acordaste de subir de la bodega los Vega-Sicilia? Descórchalos ya, que se vayan oreando. Quiero que quedemos muy bien esta noche; al fin y al cabo las mujeres de mis hijos también son de buenas familias, y luego hablan y dicen lo que no deben. Nosotros, los Agúndez... Pero ¿porqué no para esa ruidera, ese vocerío, Doloritas? Me van a matar...

    El sol ya había declinado totalmente y los fuegos de la vidriera del rosetón se ocultaron hasta ser encendidos en un nuevo día. El frío iba cuajando en el desierto salón. El anciano se rebullía inquieto en su vetusto sillón. Doloritas, arrebujada en su toquilla de lana negra, como un espectro del pasado, se acercó a Don Arturo, que la miró desde sus ojos miopes y llorosos:
    -¿Ya están todos, Doloritas? Anda, ayúdame a levantarme.
    -Tendrá que esperar un poco, Don Arturo; quizás las nevadas... Ande, tómese este caldito caliente que le he preparado; hace muchísimo frío.
    Un desolador pensamiento habitó por un momento la desgastada mente de Don Arturo. Sólo un momento: impío, cruel, despiadado, como él había sido con los suyos, iluminó aquel cerebro. Nadie vendría; él era su sola familia. Y Doloritas, aquella desventurada, fruto de su juventud alocada, que, a pesar de todo -misterios de la misericordia divina- había querido acompañarlo en su declive, desde que la Notaría hubo de cerrar por irregularidades, desde que la porcelana y la cristalería y la cubertería y los lujosos muebles de ébano y nogal se malvendieron para poder seguir comiendo alguna vez en aquella antigua y fría casona de los Agúndez, Notarios desde hacía cuatro generaciones.


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    #1
  2. Anamer

    Anamer Poeta veterano en el portal Equipo Revista "Eco y latido"

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    Hermosísimo y emotivo mi niño, gracias por este maravilloso regalo.
    Feliz año nuevo, que la vida te sea amable en este tiempo. Besitos
    cariñosos apretados en tus mejillas.
     
    #2
  3. Pessoa

    Pessoa Moderador Foros Surrealistas. Miembro del Equipo Moderadores

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    Gracias, Anamer, por este emocionado mensaje tuyo. Como todos los relatos que transmiten, o quieren transmitir algo, tiene su carga autobiográfica, aunque diluída en esa evanescente atmósfera de los tiempos pasados. Muy feliz año 2021 y que no falte la inspiración.
    Un abrazote,
    miguel
     
    #3
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