Una cobarde divagando

La brisa silbante entre las ramas me susurraron tu nombre
de mis ojos se escurrieron gotitas de sal y del sol me aparté
Entre las sombras me mecí sin ruido provocar en cada paso,
huí de ti y de mi sentir, ser hielo o piedra ha sido mi deseo.
Un día te vi y mi alma se bifurcó, una parte te seguía amando, la otra te odia.
Tus ojos perforaron los míos y como naufrago caí en la sed de tu cariño,
así de tu mano volví a andar, pero yo no era yo.
El tiempo mutila con su rápido andar, yo no resistí y preferí la oscuridad.

Y aquí me encuentro, respirando en las noches y muriendo en los días,
la realidad me aterra tanto como el que vuelvas; sin embargo, te sigo encontrando en el brillo de las estrellas.