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Una complicada situación

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Alan Cuadrado, 1 de Noviembre de 2015. Respuestas: 4 | Visitas: 1101

  1. Alan Cuadrado

    Alan Cuadrado Poeta fiel al portal

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    Aún puedo saborear todos y cada uno de los detalles que acontecieron aquella noche cercana al invierno, es una coincidencia y lección de vida total, supongo que era una madrugada fría de uno de esos tranquilos sábados en los cuales se sentía la comodidad de las sabanas y el aliento de una sensatez pura en los respiros, pero un presentimiento se hacía notar a una extraña sensación y una corazonada latente en el presentimiento que hizo posible el despertar de mi leve y profundo sueño, la energía de mi cuerpo permitió de inmediato levantarme de un solo golpe y tan pronto me levanté, alcance a notar un extraño ruido emergiendo del piso de abajo, eran como pequeños rasguños y empujones que con la resonancia de la madera emitían un eco acústico un tanto tétrico y realmente desesperante, luego de que dichosos ruidos detuvieran mi atención en ellos, la luz que entraba por la ventana iluminaba tenuemente el piso e incrementaba su espesor y textura de un color entre purpura y azul, entonces no tuve otra opción más que saltar de la cama para apresurar la búsqueda de tal razón ruidosa, pronto salí de mi alcoba y aquel ruido era cada vez más intenso e incitaba mis impulsos por perseguirle, justo cuando pisé el primer escalón provoque un rechinido que hizo detener el ruido, entonces caminé lentamente apretando el paso sigilosamente para resarcir la cautela de aquello que se escondía y burlaba de mí, cuando me percaté que el ruido prácticamente emergía a la par de mí silenciosa persecución supe con seguridad que se trataba de algo vivo, en medida que incrementaban los sonidos de manera fantasmal no tardó mi instinto y tomé un cuchillo del comedor, entonces me dirigí hacia la cocina que era el corazón emisor del ruido y di un salto con velocidad, justo en ese momento suscito uno de los fenómenos más extraños que pude atestiguar en vida propia, nos tornamos en un par de seres con exactamente la misma expresión en el rostro, mismísima imagen que será imposible borrar de mi mente y ahora me doy cuenta que representa la injusticia de perpetrar prejuicios y fetiches entre los compañeros de vida, se trataba de un pequeñísimo ratón que movió su cabeza lentamente de lado a lado, para observarme con detenimiento cada detalle que pudieron reflejarme sus pequeños y brillantes ojos negros, seguramente compartimos la misma expresión desde que nos vimos y que congeló aquel momento en espacio, tiempo y silencio, justo cuando los dos reaccionamos pegamos un leve brinco y desaparecieron nuestras presencias cuando giramos hacia sí, no podía creerlo es decir; un pequeño mamífero con diminuto cerebro había burlado mi autoridad, todos los esquemas de la moral humana que no permiten su morada además de un lugar que yo creía libre de roedores hasta el momento y aun así no mostró miedo, ni hurta, solamente reaccionó, ¿igual que yo?, así que me di la vuelta para regresar a la cocina y esta vez sí pegue una sonrisa llena de curiosidad cuando lo vi asomándose y juro que a pesar de que había visto tan detenidamente un ratón sucio, valentón y sagaz, me dibujo en el alma un sentimiento de respeto ya que estoy totalmente seguro de que me estaba sonriendo, así que le dije – shhh shhh ven para acá – y se mostró dócil con una actitud certera con la frente en alto olfateándome moviendo sus bigotes y alzando su nariz casi parándose en sus patas traseras. – No te voy a hacer nada, ¿quién demonios te dejó pasar eh? – sin dudarlo se subió a mi pantufla y me señaló con su manita derecha el frasco de mantequilla de maní y por supuesto le bajé el frasco de la alacena y lo coloqué en el comedor, sin avisar de pronto ya habría escalado la mesa y nuevamente de manera veloz se paró sobre su par de patas traseras y mantenía la punta de su nariz olfateando alrededor de la tapa y con dificultad tambaleaba manteniendo el equilibrio con su nariz y esos largos bigotes que parecían hilos de nylon, en fin abrí el frasco y comenzó a devorar la mantequilla de maní de una forma tan pero tan caricaturesca y pintoresca que sencillamente lleno de gracia mis mejillas, estaba parado encima del filo del frasco pero hundía sus manitas con una habilidad impresionante y llenaba sus puños de maní que pronto vaciaba con una velocidad flamante, la gracia de verlo con un poco de confianza me dio la oportunidad de actuar igual, entonces platiqué con él, supongo que fue como hacer una introspección de tantas cosas que quería decir pero no había podido hacerlo, el ratón fue mi confidente de mis quejas presentes y lo que mantenía mis nervios al filo de la incertidumbre pero sobre todo de un adentro muy guardado en mi memoria, era una antigüedad de mis recuerdos que había sepultado desde la niñez, eran todas las experiencias que había experimentado con Kued, kued a diferencia de este intruso era blanco, hacía acrobacias en su jaula, me hacía reír absolutamente cuando lo bañábamos con shampoo de frutas o cuando espantaba a alguna de mis tías o esa vez que se escondió adentro de los sillones o todas esas veces que le comprábamos galletas de colores y hacia su excremento del color de las galletas que le dábamos, con un profundo suspiro puedo decir que fue como revivir esos momentos, que no sabía porque no había tenido un solo motivo para recordarlos en por lo menos 15 años, pero este intruso era un conversador excelente pues nada más comía y volteaba a verme entre ratos, entonces lo dejé entretenido con la mantequilla de maní y después de buscarle unas galletas y pan de la alacena supongo que más que complacido su diminuto cuerpo quedó rendido ante la indigestión, aproveché para buscar una caja de zapatos y con un desarmador le hice unos hoyos además de tenderle una cama de algodón del botiquín médico, entonces estaba casi sin energía y muy espantado en el comedor cuando me acerqué con la caja y mientras se acercaba mi sombra se agachó con esa sensación de ser aplastado y le dije – no te preocupes, esta será tu cama – y lo eche dentro de un leve levantón.
    La mañana siguiente tuve un despertar muy ligero que no me costó ningún trabajo dejar mi cama fresca como acostumbraba hacerlo los domingos escapando de la realidad, lo primero que se me ocurrió fue ver si aún seguía el ratón en la caja y con tan solo asomarme vi que se tambaleo levemente, entonces me alisté para emprender una labor altruista y humanitaria, me alisté para liberar a ese ratón a un lugar especial del cual tenía conocimiento, entonces después de bañarme lo primero que hice fue ver los medidores de la camioneta porque a donde iba era un lugar lejano, chequé el aceite del motor, los niveles de anticongelante y sobre todo mi presupuesto de gasolina el cual no atentaba mi circular a pesar de esos pesados ocho cilindros y la exigencia de una camioneta 4x4, también verifiqué el estado de la refacción de la llanta y coloqué mi kit de herramientas que recién había comprado, que recuerdo que el sujeto que me lo vendió aseguraba que fue una ganga con el cono y la lámpara de regalo pero también recuerdo que la última vez que se me ponchó una llanta no los utilicé, pero si me sirvieron mucho cuando mi vecino quiso presumirme su auto italiano pero de una gama de por lo menos cinco años atrás, cuando vio todo lo que le había invertido a mi camioneta no pudo ocultar la envidia cuando frunció el ceño, entonces me aliste también con un atuendo montañesco que también aludían a la marca de mi camioneta en algunos de mis accesorios supongo que no tuve otra opción en mi pensar que llevar a ese pequeño ratón a un bosque frío en las alturas de esas montañas del viejo Wisconsin, supongo que fueron varios kilómetros al dejar la ciudad para entrar a la hermosa e imponente autopista de lujo, con todas aquellas comodidades de la vialidad que hacen dejar la naturaleza a un lado y mantenerla como una hermosa vista, pinos con una pequeña escarcha de nieve, las montañas tan llenas de vida, el cielo un poco gris pero despejado totalmente de nubes, era el camino perfecto para aquel paraíso en las rocosas colinas del manantial donde tenía pensado dejar a ese pequeño intruso, decidí liberarlo de la caja y mientras subíamos un camino curvado con la ventana un poco entre abierta dejaba pasar una pequeña pero fuerte masa de viento que revolvía mi cabello y también el de ese pequeño ratón que lentamente le peinaba hacia atrás, él se paró en sus patas traseras y dejaba que el viento le acariciara su rostro como si estuviera surcando el océano con el movimiento de su cabeza, todo esto mientras surcábamos un bello lugar con la brisa de la naturaleza y el buen esplendor del bosque, pero de pronto pasamos algo que hizo reventar una llanta trasera, entonces tuvimos que parar y estacionar la camioneta sobre una colina y dije – no te muevas muchacho, espérame aquí - el ratón con un ligero toque de obediencia se postró quieto y teñido de disciplina, entonces justo cuando estaba por cambiar el neumático la llave se fue rodando hacia una colina que seguía en el camino, enseguida le perseguí corriendo pero iba a un paso más apresurado que el mío, y justo cuando el camino daba una vuelta en curva, la lleva seguía derecho pasando por el camino de una zanja, y después de saltarla, trataba de adivinar el camino mirando todo el tiempo hacia el piso hasta que escuché como calló en el agua, levanté la vista y me encontré con la mayor sorpresa de mi vida, de un momento a otro sin intención me encontraba parado en un paraíso mágico, tan lleno de color, boscoso con un lago de agua cristalina y con un brillo azul celeste, reflejando la belleza de todas esas montañas y bosques que rodeaban ese lugar tan apartado y escondido, cuando di la vuelta para medir la distancia que había recorrido se apareció corriendo a toda velocidad ese pequeño ratón hasta que pasó justo por entre mis pies y siguió derecho sin ningún freno, pronto salieron muchos ratones como si se tratara de un refugio natural de roedores, era como ver la imagen de un cuento fantasioso donde los protagonistas son ratones y debe ser cierto que era de lo más imaginativo y abstracto, pensar que los lugares así existen o por lo menos nunca entenderé porque todas esas imágenes destellaron un paisaje tan confortable en mi pensamiento pero kueid ya no existe y lo tengo que dejar ir, eso es lo único que se me ocurre cuando recuerdo ese sueño que tuve ayer, tu no me mires así, tu nunca serás como kueid, te di una explicación muy pero muy larga de porque te tengo que matar, solo serán un par de segundos al aplastarte con mi pie - crack-, - lo vez, tan rápido que te juro, me dolió más a mí-
    Así termina una historia donde el sueño diseñaba un telar de estrategias y rigurosas figuras en excesivos adornos que ilustraban una sutileza en el pensamiento potencialmente falaz y donde el despertar de un sueño jugó el papel más severo y competente para quienes gozan de las historias que son narradas o platicadas sin la veracidad y autenticidad de la misma conducta, esa realidad que culminó el fin de esta historia en un crujido de cientos de huesitos rotos y que fueron regados en el basurero con el pesar en el regazo de las historias, o de esos sueños que se convierten en historias de lucha constante por perseguirlos y compadecer las consecuencias de su búsqueda cual publicidad de los autos u otros bienes terrenales, con la insensibilidad y el dinamismo que solemos emprender cuando no soñamos o los actos con los que nos envolvemos sin importar nuestros sueños personales, con esa rigurosa figura que dicta la sentencia de nuestro caminar y como nos mostramos ante los demás, con esa eterna conducta que dista mucho de las letras, la realidad, no para enfatizar que los sueños son dulces o que la realidad es amarga y cruel, para nada, esta ilustración de una complicada situación sólo recalca que el sueño de la realidad dista mucho, siempre es distinta la realidad no es tan extensa y solemos mostrar insensibilidad ante su corta y tajante vitalidad.

    "A pesar de la inmensidad del universo, siempre vivimos un mundo increíblemente pequeño"

    -Alan Cuadrado-
     
    #1
    Última modificación: 18 de Enero de 2020
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  2. Maldonado

    Maldonado Poeta veterano en el Portal

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    Me ha gustado la narración del sueño, es verdad que los sueños no distan mucho de la realidad, solo que las imágenes son bastantes fantásticas, subjetivas, juegos en los laberintos de la mente caprichosa. Buena prosa.
     
    #2
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  3. Alan Cuadrado

    Alan Cuadrado Poeta fiel al portal

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    agradezco que hayan pasado, como en los sueños giñamos un ojo en los brazos de morfeo pero las letras son más reales que los sueños

    saludos @GEORTRIZIA @Maldonado
     
    #3
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  4. GEORTRIZIA

    GEORTRIZIA ♥Niña de los besos rosas♥

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    que mendigo que eres... Lo matáste y todavía le haces cuento...

    tu no tienes corazón :(
     
    #4
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  5. Alan Cuadrado

    Alan Cuadrado Poeta fiel al portal

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    Descanse en paz el mickey
     
    #5

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