Una flor y un deseo.

Corte una rosa roja para ti.
La seccione con mis dedos
con delicadeza y cuidado.
La puse en el florero de casa.
No te dije nada.
Pero ella recordara que le traje
una rosa roja que se fue abriendo.
Se que su belleza ha de darle amor
y suerte y su aroma ha de recordarla
siempre que corte una rosa para ella.
Pensé que sería el mejor regalo
que podía darle.
Tu sigues contenta y orgullosa de tu rosa.
Hoy todavía es hermosa.
Luce su encanto último
y se sonroja.
Sabe que llega su fin
y parece que llora.

 

Hola Francisco: Me ha gustado su poema. En un mundo en que cada vez se regala menos flores, el hecho mismo de que escribiera un poema reivindicando esa viril y elegante tradición, merece toda mi aprobación. Yo también acostumbro a regalar flores. Tengo suerte de que siempre me agradezcan. Gracias. Un saludo.

 

Sólo tu pluma es capaz de dar ese hermoso y romántico matiz
a un acto cotidiano, que de ninguna manera puede pasar
desapercibido, porque recibir una rosa de regalo tiene un
gran significado, inmenso, en un alma enamorada. Rico
estar aquí esta mañana mi querido Francisco. Besitos
apretados en tus mejillas.

 

Gracias Jesús. Agradezco su comentario. Veo que le gusta regalar rosas y flores es algo hermoso que sigue estando de moda. Le deseo lo mejor. Que tenga un buen día

 

Gracias Anamer por tu comentario. Siempre le pones el alma . Y es que las rosas ygual que los poemas escritos con el corazón huelen fragantes. Su belleza es increible. Te dire una curiosidad en una selva de Venezuela hace cerca de 40 años oí por la radio que habían encontrado una rosa verde. Curiosidades botánicas. Yo adoro la Crysler Imperial por su aroma y belleza aterciopelada. Tu me recuerdas de alguna manera a esas rosas y al significado poético de regalarlas. Un beso cariñoso para ti poetisa y amiga Anamer