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Una historia de tantas.

Tema en 'Poemas Generales' comenzado por Minoldo, 21 de Agosto de 2012. Respuestas: 4 | Visitas: 470

  1. Minoldo

    Minoldo Poeta recién llegado

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    Hombre
    Una noche como tantas
    Y en un lugar cualquiera
    Y donde el mundo quiera
    En un petate un niño agonizaba
    Envuelto en llamaradas de dolor
    Que a su madre desgarraban
    Las entrañas de su amor.
    Joven ella aún, quizá 24 años.
    Sola esa lluviosa noche, con su hijo
    Fruto de su honor mancillado
    Por la violación de un infame
    Que en una noche negra como ésta,
    Rasgó el velo de su virginal pureza.
    De esto hacía ocho años,
    el mismo tiempo, que sus padres,
    del hogar la desterraron
    a causa de su preñez.
    ¡Tener un hijo sin padre!
    Delito por el que se la condenó.
    ¿Acaso tenía culpa de ser madre?
    Si su sedienta matriz
    Recibía con agrado la esperma maldita.
    ¡Tener un hijo sin padre!
    Vaya enorme pecado.

    Hoy,
    después que muchos años han pasado
    y en esta noche negra, tan negra como aquella
    aunque distante en espacio y tiempo,
    la muerte jugaba con la vida de su hijo.
    Estaba sola, sola sin compañía
    apenas iluminada por la débil luz de una vela
    En un rincón del rancho,
    sobre un camastro viejo,
    su hijo gemía, gemía
    y de repente gritaba:
    ¡Mamita me duele!
    ¡Me duele mucho mamita!
    Ayúdame no seas malita
    andá a traerme esa medicina
    que dicen que me va a curar.

    Aprieta los dientes por no llorar
    sabiendo que no hay un centavo en el hogar
    En ese instante la voz de su hijo entierra
    un puñal más en su débil cuerpo de mujer:
    ¿Dónde está mi papito?
    ¿Dónde está mamita?
    Es cierto que allá en cielo
    Yo quiero irlo a ver.
    No soportó más. Tapándose los oídos,
    enloquecida por el dolor,
    sale de la estancia y corre,
    corre en cualquier dirección
    Qué más da.
    Afuera está lloviendo, noche negra
    noche tenebrosa, noche de muerte.
    Después de tanto correr sin rumbo,
    sus ojos ven en la oscuridad una luz,
    presurosa corre hacia ella.

    Llega y se para ante una casa,
    grita llamando que la ayuden,
    que su hijo se muere.
    La puerta se abre de golpe
    y aparece la figura de un hombre:
    A la luz de la lámpara mira sus facciones
    y aunque han pasado varios años
    reconoce esa cara; es él,
    el hombre, violador, en aquella noche negra.
    El tipo la mira con lujuria ignorando sus ruegos
    ella echa a correr enloquecida
    ¡Es él! ¡Es él! ¡El padre de mi hijo!
    Se repetía jadeando.

    Corre y en su enloquecida carrera
    no se da cuenta por lo oscuro de la noche
    que adelante se abre un abismo.
    Un grito desgarrador se ahoga entre el ruido de
    la lluvia que cae y los truenos a la distancia
    y la negra noche se traga los lamentos.
    Casualmente la encontré por la mañana
    herida de muerte agonizaba…
    hacía muchos años la buscaba,
    mi amor había resistido la prueba del tiempo,
    ocho años queriendo encontrarla
    la buscaba porque nunca me importó
    el hijo del otro.

    Tanto la busqué y hoy casualmente la encontré,
    antes estuve en el jacal y vi el cadáver del niño.
    La envolví con mis brazos dulcemente,
    Mi hijo –musitó- ¿Dónde está?
    En el cielo - respondí
    ¿Sabes? No te esperaba.
    Quiero agua, tengo sed
    Por favor dame un poco de agua.
    No ves que la necesito,
    Es un viaje muy largo
    y voy a alcanzar a mi hijo
    al más allá.
    Es mi hijo y nadie me lo quitará
    hoy estaremos nuevamente juntos
    y sólo yo lo cuidaré.
    Por ser madre me condenaron
    y fue mi hijo mi único consuelo
    voy a ser madre por siempre allá en el cielo.

    Te agradezco que hayas venido
    te agradezco tu amor,
    Después de beber un sorbo de agua me dijo:
    Dame un beso de despedida y me voy
    Algún día te espero allá en la eternidad.
    Acerqué mis labios a ella y sentí
    que su aliento se escapó en un suspiro.
    Su alma buscó al creador
    Allá en la eternidad.
    Al cerrar sus ojos
    como un niño me estremecí
    extrañando el amor de mi madre
    a quien nunca conocí,
    pues muriera por darme la vida a mí.

    Los sepulté y crucé el pueblo a caballo
    La gente presurosa iba por las calles
    En la algarabía gritaban los niños:
    Es el día de las madres.
    Llegan de nuevo a mi mente sus palabras:
    «Agua no ves que la necesito,
    Voy a alcanzar a mi hijo,
    Pues por ser madre fui condenada
    Y fue mi hijo mi único consuelo
    Voy a ser madre por siempre
    Allá en el cielo.»
     
    #1
  2. MARIANNE

    MARIANNE MARIAN GONZALES - CORAZÓN DE LOBA

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    sin duda hermosa, extrañaba leerte y más aún con ese sentimiento que nos dejas, besos
     
    #2
  3. corin

    corin Poeta asiduo al portal

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    Me encanto leerte, tus versos expresan una tristeza profunda.
     
    #3
  4. Minoldo

    Minoldo Poeta recién llegado

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    ¡Hola Marian!

    ¡Gracias por leerlo!

    Un abrazo y besos.
     
    #4
  5. Minoldo

    Minoldo Poeta recién llegado

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    ¡Gracias Corin!

    Es un poco largo y gracias por tu tiempo.

    Saludos.
     
    #5

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