Una Historia.

Daba aun señales de vida, a pesar de haber sido azotado tantas veces, parecía que de un momento a otro su luz se extinguiría. pero la llama de su corazón aun ardía.
Hay quienes pensaban que era un muerto en vida. Pues las heridas de su cuerpo eran tan profundas como un desfiladero, su piel por agudas espinas fue desgarrada, sus días los pasaba solo. No había quien pudiese aplacar ese dolor tan grande, que sus familiares rogaban a Dios que se lo llevara.
Pero él seguía allí agonizando sin fin. Sólo por las noches su alma encontraba un pequeño goce, lo que hacia era contar una a una las estrellas, y llorar de felicidad al ver a la luna llena.
Una vez lo vi y ante mis ojos pareció revivir, pues se sentía ese calor que antes despedia su corazón.
Y entre unas frases sin sentido, descubrí porque estaba tan herido, su queja era esta; porque a mi, si yo sólo te quise a ti. y cuando entraste a mi corazón lo desgarraste sin compasión.
Por que Amor, no lo entiendo hasta hoy, te fuiste sin darme una explicación y sin dejarme una dirección en donde hallarte Amor.
Fue una noche como hoy en la que me entregaste todo tu Amor, un testigo hubo aparte de nosotros dos, era la luna que me acompaña hoy, preguntándome que fue de lo que sentíamos tú y yo. Todos los días lo mismo me pregunto yo, pero no puedo hallarle una respuesta a lo que nos paso.
Te busque día y noche, hasta que te encontré y pensé volveré a ser el mismo de ayer. No fue así ,cuando te vi corrí hacia ti. Pero tus ojos me dijeron no.
Intente hablarte, pero me callaste y te fuiste dejándome esta frase; Lo siento, pero mi corazón a otro encontró, a pesar que sólo te Amare a vos, contigo no puedo ir hoy. Lo siento Amor mi corazón a tu recuerdo en lo mas profundo de él lo enterró, y ya no te Amo, Amor.
No le pude encontrar la razón a tu explicación, me pediste que me fuera y que nunca mas volviera a buscarte.
No lo soporte más, y durante todo el camino llore, si me perdí no lose pues cada vez que lloraba, mis párpados apretaba rogándoles que ya más lagrimas no manaran.
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Así los días pase mil y un veces contigo soñé. Pero en mis pensamientos sólo estaba que nunca mas serias mi Amada.
Y al final de decir esto, dormido se quedaba con una sonrisa y una lagrima que de él brotaban. Pues siempre tendría en el alma la esperanza de una carta que durante el otoño pasado hasta sus manos llego, por su Amada estaba firmada y en la ultima parte de aquella carta esta frase estaba dibujada;
Amor lo siento, hoy comprendí que nunca podré sacarte de aquí adentro. Las palabras que te dije nunca tuvieron nada de cierto, pues ese día estaba confundida y no pensaba lo que decía.
Espérame por favor, no me dejes Amor, apenas termine el invierno a tu lado estaré yo.
El tiempo paso y el invierno termino, apenas empezaban a abrir los primeros botones, y ella llego hasta el lecho donde estaba su Amor, y con un beso lleno de pasión a ella, él la recibió.
Vivieron juntos hasta que el otoño llego, y la luz del corazón de él se extinguió.
A todos sorprendió, pues sus heridas había cerrado y la luz a sus ojos había regresado.
Pero así estaba destinado y todos por él lloraron, más ella que de él un niño esperaba.
Su ultima carta a ella estaba destinada, decía;
Gracias por devolverme la vida y hacerme sentir un hombre nuevo cada día. Cuida mucho al fruto del Amor nuestro, te pido por favor que se llame como yo. Para que cuando lo llames recuerdes que el te quiere ,como yo te quise y quiero a vos.
Adiós Amor siempre te tendré aquí dentro de Mi.

 

Hermoso relato,
un placer leerte amigo...​