Una isla sin par.

Era ilustre, tu porte. El corte y confección.
La elegancia de tu aparición.
Pero aquella proposición que me hiciste,
y el modo en que te mostraste y enardeciste,


me quitaron la venda de los ojos.


¿ Por qué he de hacerte el Amor ?
Como si te hiciera un favor...
Con fervor, y pavor.
Proa, popa, estribor y babor. Levante, Poniente, Norte y Sur.


Jugando a las cartas, soy buen tahúr.


Entonces, podemos separarnos. Transcurrir paralelamente. Afortunadamente...
Como dos versiones distintas del mismo ser.
Ver para creer.
Un anonimato perpetuo.


Si ponemos en orden las cosas, tendremos que volver a vivir en el bosque. En una choza.


Cultivando la tierra y regentando nuestros rebaños.
Cavando fosas para la acequia y uniendo caños.
Tejiendo nuestras redes de pesca, y ejerciendo la venta ambulante.
Autónomos y no anárquicos. El Sexo puede esperar.


Porque este mundo es una isla sin par, donde hay, escondido, un tesoro en él.

 

Buen trabajo. Un placer leerte. Gracias por tu aporte a la humanidad.

 

Hombre, enhorabuena, compañero. Me has sorprendido.
Sí, me dedico a eso. Me gusta la raza humana.
Una cosa es el individuo, y otra, la estirpe. La saga.
Por ejemplo: La saga Anunnaki.





Los Anunnaki son una civilización reptiliana inteligente, que se relaciona con los humanos, desde hace varios miles de años.


Lo que ocurre es que esos mitos y leyendas, son increíbles.
En primer lugar, porque no aceptamos que haya vida inteligente, en otros mundos.
Y en segundo lugar, porque los Anunnaki mantienen el poder, en este mundo, por medio de sus descendientes, que son híbridos entre humano y reptiliano.


Con lo cuál, los verdaderos amos del mundo, quieren que estemos dormidos. Que nos preocupemos solamente, de nuestros placeres. Que no miremos más allá de nuestras narices. Y que seamos cabezas de ganado, para una futura esclavitud.