Una noche morí...

Un día lloré
cuando entendí que perdí.
Una noche morí
de tanta soledad que sentí.

Mire mis manos
estaban frías, vacías.
Me desgarraba el dolor,
de sentir tu amor.

Me quemó la impotencia,
de saberte perdido.
Me dolió el orgullo y no grite y no volví.

Una noche mori
de tanta soledad que sentí...

Cuando acepte que te amaba,
mi corazón volvió a latir.

Podría ya nunca tenerte,
pero mi amor aún estaba ahí.

Como un fuego encendido,
que le da fuerza a mi vida.

 

Intenso y conmovedor ese descubrimiento que hace latir la luz de tu suspiro querida amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...

 

Que hermoso Aisa Braco, estos son los que me nutren de mucha inspiración, gracias por compartir.

 

Gracias por pasar. Un abrazo

 

Compañera ha sido un placer pasar por tus letras, hoy momentos en la vida en que el orgullo no nos ayuda

 

hermosa poesía me has hecho entristecer con tu escrito por que parece que fuera hecho para mi, varias noches he llorado por algunas
chicas que me gustaron mucho y ellas solo me vieron como un amigo....
felicidades me tocaste el corazón, es una de las mejores poesías que he leído en este portal.

 

Bello poema, si se llega a punto en que se ama desinteresadamente, sin pedir nada a cambio, ya no se sufre ni se espera, simplemente se ama. Muy bonitos versos amiga Aisa. Un saludo. Paco.

 

Maravilla excelente de poesía divina, magistral página soberbia.

 

Gracias a todos, por pasar un abrazo de corazón