una promesa silente ante tus ojos

¿Quién puede aguantar un sufrimiento así?
Es tan fácil jugar con las estrellas fugaces,
es tan distinta la vida sin ti;
que ya no puedo moribundo en mi clase.

La alegría se va de mí ser,
por el hecho de no poder
a tu lado permanecer.

Mientras la noche fría de principios de otoño avanza,
la tristeza, cae en mi corazón como avalancha.
Mis sentimientos yacen muertos en esta matanza,
y las aves parten en sus andanzas.

Es un encuentro cercano con las estrellas,
tan solo mirar tu cabellera;
siento como si el dolor en mi creciera,
mientras escucho un canto de sirenas.

Melancolía dentro de mí encontró su hogar,
Y la tristeza de mi corazón es inquilino ya.
Trémulamente me siento en mi silla de cristal roto,
Mientras veo en mi ventana un cardenal rojo.

¿Será, qué no tengo la valentía para aceptar
Lo que a la vista pareciera ya estar?.
¿Qué tu partida es definitiva y no regresaras,
Más el hecho que cada día te amo más?.

El gigante Atlas platicó en estos días conmigo,
le conté lo que parece ser mi triste destino;
pero el me dijo que me admiraba,
por soportar yo tan dolorosa carga.

Mientras más se acerca la hora de tu vuelo;
más me fijo en el paisaje costero...
Mi estrella fugaz ya no cumple mis deseos.
Justo ahora que en mi corazón tengo este anhelo.

Esta vida es cierto que tiene muchos sinsabores;
pero no pensé que sin ti ya no tendría colores.
existir lánguidamente sin las flores y sus olores,
es un castigo que en mi sentimiento causa muchos dolores.

Pero esta tristeza no es en vano.
Pues es mi fortuna no tenerte a mi lado.
mi sentimiento de amor pondrá a prueba mi virtud;
para con crecer amándote renunciando a mi juventud.

El tiempo frente a mí ha de pasar,
mientras demuestro la fuerza de mi voluntad.
Creo, que solo seis años he de dejar pasar,
con el propósito; de a tu lado poder estar.

Juro que si a tu lado nunca llego,
mi alma se quedara en un eterno invierno.
Es por eso que me siento tan triste;
por que no demostraría cuánto te quise.

Mas cobarde sin remedio soy, por
enfrentar a los sinsabores del fragor,
y no poder decirte ahora cuánto te amo.
Por subsistir con una envenenada ilusión.

Pero me hago una promesa silente ante tus ojos.
La de volver a verte aunque me sea costoso.
Cuando culmine mi formación como virtuoso,
volaré y me posaré en tu cabello hermoso.

 

Muy armonioso, quisas algunas rimas forzadas,
se siente la nostalgía. Un gusto leerte lindo.
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