Una quimera

La tuve junto a mí como una diosa,

de su boca purpurina los besos yo sentí,

fue fugaz como el aroma de una rosa

y su partida un día presentí.


Lo que fue riachuelo de alegría

que regaba de amor el verdecido edén,

se ha esfumado en marejada de agua fría

cual desierto quedándome el desdén.


Fue una luz que divise a lo lejos

y soñé tenerla entre mis brazos

para mirarme en sus ojos como espejos.


En mi mente solo quedan los reflejos

y el profundo dolor de los fracasos,

por aquellos amores tan complejos.

 

Por los versos se resbala un sentimiento de tristeza, fruto quizá de un desencuentro!! Hermoso poema!!! Felicitaciones, amigo poeta!! Un abrazo

 

Miguel: Gracias por la visita y tan sinceros comentarios. Un abrazo colega.

 

El amor es complicado, cuando se fusionan dos seres casi al completo es poco menos que un milagro. Un brazo amigo José. Paco.