Una sensación, un encuentro

No necesité ver tu rostro, no necesité saber quién eras
Mirar tu figura fue innecesario, tan siquiera indagué sobre tus intenciones…
Sólo un beso en la mejilla, como un volcán haciendo erupción sobre ella
Cerré mis ojos, el calor era incontenible, se expandió por todo mí ser
Como por ley, me hizo suyo esa sensación…
Entonces ya nunca más te conocí, al abrir mis ojos no te vi
Conozco sólo ese beso divino y nada más
Porque solo un ser divino puede marcar a un mortal de esa manera.
No veo tu sonrisa, veo un mar de luz que se agita y me hipnotiza
No veo tu mirada, veo mi deseo incontenible por adueñarme de ti
Tus manos, que al tocarme ya no son tus manos
Son mías porque hago con ellas lo que quiero cada vez
Tu olor hace presa de mi sentido común, lo devora
Y así, cada mañana
como el arbol aguarda la luz del sol
Yo espero que me embistas con ese beso
Ansioso, casi adicto de lo que siento
Adicto a esta sensación
Me he convertido en un adicto de este encuentro

 

Asi es el amor se anticipa se adivina el ser maravilloso que cambiara nuestra vida como bien lo describe tu poema. Un saludo cordial.

 

Así es estimado Rigel y es lo bello del amor.
Mil gracias por tu comentario
Un Saludo.

 

me ha gustado pasar pos sus sentimiento


( tantas mayúsculas hacen que se pierda el ritmo de la lectura)


un abrazo fuerte

 

Al contrario, un gusto para mi ser leido por usted.

Entiendo, tomare dicha recomendación; muchas gracias por tomarse la molestia.

Un saludo