Una última carta en la oscuridad y la muerte

La noche ha llegado a la sierra.
La oscuridad nos rodea a todos,
incluso a los que no tenemos noches.

Es así,
que en las sombras,
siempre aprovecho para pensarte
en esta basta selva que me cubre.

Allá en la casa,
lejos de esta guerra imparable
se que estás bien

Yo todavía no se si lo estaré.
No duermo pensando en ello.
No razono cada vez que
el violento se mete en mi cabeza
y me impulsa a no razonar.

¡Quien puede….!

Si ante la perspectiva de morir
no se piensa en otra cosa
si no en salvar lo poco que se tiene
¡Si es que se tiene algo!

Esta noche,
con alguna luz que venía del cabito de vela que me queda
te escribí estas líneas
entre el susto de la muerte
y la angustia
de que ésta sea
la última carta que te escribo.
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