Una vela y un pueblo 6

Ya llega el motor
levantando agua chocolate
trae negros y chachis,
cargados de plátano y yuca,
de camarón de río,
grandes cestas -recién tejidas- se levantan,
se deslizan por el muelle
sobre cabezas zambas
y hombros fuertes.
Trae también un herido,
muchacho
de culebra mordido,
vuelan en fiebre y angustia,
su madre y él,
se improvisa una camilla,
siete vidas de camilleros
se hunden en el lodo
mientras sus pasos nos dejan…
¿Qué habrá sido del niño?

 

Me gusta esta forma de abordar el olvido a que muchos pueblos son sometidos por la falta de infraestructura y de puestos de atención médica. Muy bien por el poema que lleva a reflexionar en varios sentidos, pero también nos muestra el gesto de solidaridad propia de quienes se tienen a sí mismos.

Un fuerte abrazo.