Unas risas velando a Paco.

Unas risas velando a Paco.

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Estábamos velando a Paco tras su muerte repentina cuando oímos sonar un móvil desde dentro del ataúd. La viuda, con una sangre fría sobrecogedora, levantó la tapa, metió la mano en el bolsillo de la chaqueta del cadáver, cogió el teléfono y se lo llevó a la oreja. Había pulsado sin querer el altavoz del aparato, de forma que todos pudimos oir nítidamente una voz femenina que preguntaba :

-"¿Cariño, no habíamos quedado para cenar?"...

Al momento la viuda gritó desaforada :

-"¡Oye zorra!, ¿es que ni muerto lo vas a dejar en paz?", luego se abalanzó sobre la caja y, cogiendo el cadáver por las solapas, lo sacudió mientras se desgañitaba diciendo :

-" ¡Y tu cabrito!, ¿No la habías dejado ya?, ¿eh? "

Cuando ataúd, muerto y viuda cayeron rodando todos al suelo ya nadie pudo contener las carcajadas en el Tanatorio.

Algún gracioso dijo con sorna
:
-"Que descanse en Paz Paco, ...si es que puede".

 

Exelente!!! Jmacgar ni después de muerto lo dejaban en paz,jajaja. Felicitaciones y saludos poeta

 

Gracias Daniel. Si te has reído me doy por satisfecho; esa era mi intención. Un abazo, amigo.

 

Jajaja. Si puede, tu lo has dicho, si puede, jajaja. Fantástica historia, nunca mejor dicho, bocólica y en "cuatro" lineas: para escribir una historia agradable no hacen falta muchas palabras, sólo imaginación y una buena pluma como la tuya. Un placer pasar.
Saludos cordiales.

 

Esta historia; José María, se me ocurrió leyendo una noticia real donde se decía que en un funeral, durante las exequias, dentro de la capilla se oyó sonar un teléfono y todo el mundo miraba en sus bolsillos por ver si era el suyo; al final resulta que el sonido venía desde dentro del ataud...., macabro pero gracioso ¿no?

Un abrazo, amigo.