Universos convergentes

Yo ahí,
Parado frente a ella,
Viendo sus labios Moverse.

Una loca idea recorre mi mente desde hace rato,
Sus labios brillantes danzan mientras ella habla,
Deliciosos.

La miro a los ojos y ella sonríe,
Una polaridad emocional me desarma,
Me aleja.

Recojo fuerzas pongo mis brazos en su cintura,
Noto sorpresa, quizá miedo, la polaridad aumenta,
Y yo vacilo.

¡Qué esperas! - me digo a mí mismo - ¿Cómo esperas salir de esta? Ya solo queda seguir adelante.

Recorro con delicadeza mis dedos entre su flequillo y su frente,
No entiendo bien lo que hago, ni cuál será mi siguiente paso,
Me nace retirar la mano, entonces dejo que el cuerpo me lleve,
La polaridad aumenta aún más y activa partes de mi cuerpo que no sentía hace tiempo,
Es atemorizante, me siento vulnerable,
Ella cierra los ojos con seriedad, como si sintiera eso que yo le quiero expresar.

Acerco mis labios a los suyos y la polaridad se dispara,
Empiezo a sudar frío y muchas partes de mi cuerpo despiertan,
Como si mi alma hubiera estado dormida por mucho tiempo,
Siento una fuerza invisible que me empuja hacia atrás justo por la zona del estómago,
¡Y yo no se lo permito!
¡La acerco más a mí!
¡Toco sus labios con los míos!

Silencio.

Toda armadura que quise mantener sobre mi realidad se desprende,
Mis brazos recorren pos sí solos sus mejillas y orejas,
Sobo su nuca y su cuello,
Ella sube sus brazos y se sostiene del mío,
Beso su mentón y su barbilla,
Tira su cabeza hacia atrás, dejándose llevar.

Bajo mis manos por su espalda a sus caderas,
Luego las subo por los lados de su cintura,
Mis labios y los suyos se funden en un compas que solo nosotros entendemos,
Siento sus labios húmedos, su aliento cálido, su lengua traviesa,
Un momento, que por un instante fue eterno, me olvidé de la realidad,
De la ciencia, de la tierra y el cielo, de la luz y la oscuridad, del bien y del mal,
Por ese momento fui mi cuerpo y el de ella,
Fui mi pasión y mi temor,
Danzando juntos.

Sentí, en ese momento, que así es como estaba planeado,
Que todo en la vida tenía un sentido.

Y no es el amor que siento por ella,
Es la incertidumbre de lo que venga,
Es la pasión que despierta en mí arrebatarla y hacerla mía,
Tan solo un instante,
Sabiendo que me concede esa oportunidad porque quiere,
Porque quiere hacer lo mismo conmigo,
Sabiendo cuanto ella ama su libertad,
Sabiendo que al final seremos dos,
Y ella será capaz de irse cuando quiera.​