Vacío resonante

Juego varios roles.
A veces soy madre, otras, vecina. Trato de hacerlo bien.
Pero cuando estoy sola, soy yo, la perdida en el infinito.
Siempre buscando atención, sin atender a nadie.
Buscando posición, coordenadas, localización.
Este ovillo negro, oculto a todos, me da consistencia, autonomía.
¡Autonomía!, Ja.
¡La soledad es autonomía!
Pues no queda de otra.
Hay que rascarse con sus uñas.
Meteorito perdido en el espacio sujeto a las fuerzas gravitacionales
y a las condiciones iniciales de movimiento.
¿Qué tal si hubiera nacido en otra parte?
En Afganistán, por ejemplo.
Ni Dios lo mande.
¿Qué tal si hubiera sido hombre?
¡Ah!, ¡Sería un tremendo cambio!
¿Qué tal si yo, no hubiera sido yo?
(Auto aniquilamiento).
Solo una vez he deseado no ser yo:
cuando murió mi hija.
A mí no podía sucederme eso,
esa posibilidad no estaba definida en el contradominio de la función de mi existencia.
La levedad del ser.
La fragilidad de la existencia tocada como cuerda de violín.
Nota discordante. Lectura errónea de la partitura.
Ruido, vacío resonante.

 

Excelente poema, Luciana. Me gustó mucho. Mis felicitaciones y abrazo.

 

Gracias, Luis, por la lectura y la aprobación. Un abrazo.

 

Luciana Rubio Poeta.
Muy bueno!!!Felicitaciones-
Abrazo fraterno.

 

Nelson, muchas gracias por tu efusivo comentario. Un abrazo y un beso.

 

Buen párrafo y un poema bastante potente. SalutesX

 

Gracias, Sexorcisto, por pasar y darme tu opinión. Un abrazo.

 

Isabel, que gusto tenerte entre mis versos. Eres una alegría para mí. Un abrazo y gracias por tus bellas palabras.

 

¡Esoooo! Y los que faltan por escribir.
Se puede, mujer, se puede. Me gustó. Saludos

 

Serin, muchas gracias por este animoso comentario, me alegra mucho. Un abrazo.