Vaina para la nuez

Cuando el tiempo
Se viste de membrillo.
Y los adioses no guardan
La tutela de la memoria.

Es donde empieza
Mi carne y mi espíritu
A deletrear la pérfida
Pesadilla trashumante.

Los aburridos ferrocarriles
Los circos luctuosos
Envenenado de cascabeles
Ahogados los zodiacos.

Vive aquí diáfana canción
Por tu pesar
Danza campana de la catedral
En estas almendras amargas.

La sed al pecho mío
Le hace febriles
Y desdenes caricias.
¡Oh perla, perdón por las rejas!
Perdón por la vehemencia
Y la antorcha apagada de mí vida.

Más en este baile de cristal
Los violines malabaristas
Guiarán luz a la ilusión
… a la rendición.

Suspiros con alas
Una lagrima de miel
Y en el corredor de la mejilla
Ella gritará; ¡Peregrino enfermo
Aquí es tu hogar!

Desgranando mi baldío corazón
Finjo que la rinconera pupila
Adora a la lejanía.

Y no, argentino amigo mió
El pozo, aún no está vacío.​

 

Dificil de llenar... Un gusto leerte