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Vargas contra el Hampa. (EN REDACCIÓN.)

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por Mauro Alexis, 16 de Mayo de 2019. Respuestas: 2 | Visitas: 681

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Relato experimental y de práctica. Trama en gestación. Sólo sigo si agrada a los/las lectores/as

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  1. Mauro Alexis

    Mauro Alexis Poeta recién llegado

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    CAPÍTULO I: LA CHICA DEL VESTIDO INVISIBLE

    Magdalena atravesaba el descampado a cielo abierto, a cuerpo abierto también, podría decirse, porque iba desnuda. Volteaba su cabeza de lado a lado y hacia atrás, esperando no encontrar a nadie sobre el pastizal. Se había alejado de la ruta justamente para no ser vista. Su torso se acurrucaba instintivamente y el frío paralizante no la dejaba respirar con naturalidad. Sin embargo, corría. No dejaba de hacerlo ni por un segundo. Cualquiera de todos sus amos podría estar buscándola. Y en serio, esta vez no era su intención ser encontrada.

    La madrugada clareaba. Se dirigía hacia el este de frente, un Sol casi olvidado escupía sus colores de fuego allá en el horizonte. Pero no estaba observando al este en realidad, el vapor que se le escapaba en ese exhalar constante y las interminables imágenes que bailaban en su mente, se comían toda su atención, como aquel viejo octogenario, que quiso comerse su vulva... literalmente.

    Ya no iba a poder regresar. Y si lo hacía, no iba a ser en las mejores condiciones. Durante varios meses escuchó historias sórdidas de asesinatos que habían tenido lugar en el club. Pero nunca las creyó. Siempre la sensación de protección había sido superior a la posible peligrosidad que los hombres representaban. De hecho, hacía tan sólo unos días, uno de ellos confesó en medio de un juego de cartas, una especie de anécdota, según la cual había matado a una de las chicas años antes. Ella lo escuchó todo, le había tocado servir bajo la mesa mientras los señores compartían un truco.

    Mientras se deslizaba entre la maleza, sentía que un líquido frío se deslizaba sobre la piel de su entrepierna, a paso lento. Era sangre. Ese viejo de mierda había logrado tajearle uno de los labios. Rogaba por que no se lo hubiera rebanado.

    Ahora había árboles a su al rededor. Desfilaban a su paso, como si ellos también corrieran por sus vidas. Miró sus copas y estaban verdes. A juzgar por el frío, lo más probable era que fueran comienzos o mediadios de la primavera. Se sintió extraviada por un momento. Se detuvo y giró sobre sí misma. Pero sólo vio el entorno boscoso. ¿Hacia dónde debía seguir? Si se equivocaba era probable que terminara retornando por el mismo camino.
    ¡El este! Dio otro giro y pudo ver los naranjas del alba que se reían de su inteligencia. En su mente representaban un calor lejano, pero al que podría llegar si salía de esta situación de mierda con vida. El calor del hogar del cual renegó durante mucho tiempo y al cual abandonó. A medida que avanzó, los árboles volvieron a aminorar en cantidad, hasta que ya no hubo ni uno.



    Una casa a lo lejos llamó su atención y la obligó a detenerse una vez más. Se arrojaba sobre el tejado el primer rayo del Sol. Tal vez adentro hubiera gente que pudiera ayudarla, buena gente que estuviera dispuesta a acoger a una pobre joven, víctima del más cruel de los maltratos.

    Fue acercándose a paso tortuoso, mientras decidía si hacerlo era más salvación que riesgo. Vio a un hombre algo gastado y ensanchado salir de la vivienda y dirigirse hacia una camioneta al otro lado del extenso patio. Entonces estancó su andar y se inclinó aun más, para que las matas cubrieran su cuero. Estaban a una buena distancia como para que pasara inadvertida y la duda comenzó a ser entre acercarse al tipo o no acercarse.
    Estuvo un rato, agazapada, esperando. La sangre sobre su pierna ya se había secado... o congelado quizá. A una cincuentena de metros el tipo encendió el motor de la furgoneta. El cuerpo de Magdalena tiritaba, su boca despedía un vapor de olor abigarrado. Por algún motivo, el tipo ahora había decidido retornar a su casa. ¿Por qué tardaba tanto en marcharse? ¿Por qué tardaba tanto ella en decidirse? Su mente tiritaba también, por desconfianza, por miedo y por un vacío moral que la humillaba de una manera que no era de su agrado.

    Lo cierto era que aquel pobre hombre estaría comenzando otro día de trabajo normal; junto con su familia, también normal; viviendo en una casita de la localidad, también normal. Mientras que ella, otro monstruo degenerado por la era digital, salido de los fondos sépticos de la actividad social por elección propia, estaba a momentos de aparecérsele a ese tranquilo hombre, y probablemente a su familia también, desnuda, con las piernas barnizadas de rojo y blanco, con un mozaico gonadal en el aliento y con una triste historia de abuso que contar. Una historia falsa que todo el mundo creería.

    Una mujer algo gastada y ensanchada salió de la casa y entregó un taper al señor. ¡Había una familia! Al menos un matrimonio. Sin meditarlo ni por un momento más, se irguió y caminó hacia ellos. No llegó a dar tres pasos, cuando el viejo matrimonio volteó sus miradas hacia su persona y sus rostros de risas y tranquilidad se tornaron en asombro y preocupación. Ambos comenzaron a correr con la torpeza de la vejez hacia su encuentro. Pudo verlos e interpretar su genuino don de gente en esos gestos faciales y corporales, imágenes que de un momento a otro se desenfocaron ante los ojos de Magdalena, hasta volverse imperceptibles, tal como todo a su alrededor.
     
    #1
    Última modificación: 16 de Mayo de 2019
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  2. spring

    spring Sonriendo...

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    Vamos Mauro que me tenias en un hilo, la narración de verdad que es excelente a mi parecer, es coherente y fluida, tiene argumento, y la dosis de suspenso la hace muy cautivante...y uno quiere saber mas jajaja
    No puedo negar que me gusto como trabajo literario, pero la verdad y aunque parezca una estupidez soy tan sensible que sufro por la pena de los personajes y prefiero escapar de la escena, hago como una viejita que conocí, ella era fan del Zorro pero cuando él estaba en peligro apagaba el televisor para no ver que le hicieran daño o lo descubrieran, aun sabiendo que no sucedería porque había visto la serie repetidamente toda su vida, al preguntarle porque lo hacia, si ya sabia que el saldría airoso de la situación, decía es que no entendéis que yo estoy viviendo la historia otra vez y lo quiero tanto que igual sufro por él.
    Pues nada Mauro, sigue tu trabajo, queda la expectativa de lo que pasará después del desmayo, imagino que puede ser una buena pareja de campesinos que la ayudarán, como que sean unos viejos pervertidos que la terminen de hundir en el fango ¡Ay no sé! jajaja
    Gustosa te he visitado, felicidades.

    *Regrese porque estoy casi segura que reeditaste el título, yo ya había revisado tus archivos para luego visitarte y me pareció ver un tema con el Titulo " La chica del vestido invisible o transparente" lo tenia en mente y no lo encontré en el listin, mas ahora veo que aparece dentro del relato, tu sabrás porqué ese otro.
     
    #2
    Última modificación: 18 de Mayo de 2019
  3. Mauro Alexis

    Mauro Alexis Poeta recién llegado

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    Lo de la señora que miraba el zorro me causó mucha gracia, los niños también suelen taparse los ojos cuando presienten que un personaje está en peligro.
    Una vez más, no puedo más que agradecerte por tu devolución y tu paso por aquí, sé que son relatos largos y prestarles atención conlleva tiempo.
    El título del capítulo es el original, el que había pensado a la primera, pero me sonaba mucho a los títulos de la saga Millenium y no quería una «mala impresión» como entrada. Luego supe que el otro, por el cual lo había cambiado, simplemente no tenía la fuerza de expresión que a lo largo del relato intento dar a la escena.
    Muchas gracias. Nos vemos pronto por aquí.
     
    #3
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