Veinte años y un día

Ya me olvidé de ti,
quién lo diría
cuando la travesía
era aún feliz.
Te alejaste de mí
serena y fría
mientras yo sucumbía
sin combatir.
Y yo te deje ir
juventud mía,
cómo podría
volverte aquí.
Ya me olvidé de ti
pero daría
veinte años y un día
por revivir
el amor que sentí
cuando bullía
la sangre que encendía
cada latir.

 

El tiempo pasa y con él esa juventud que supongo que ha determinada edad se añora, aún teniendo una vida serena, muy bello su escrito, saludos!

 

Bella nostalgia que se me clava en la mía, la juventud nos dio tantas cosas y pocas nos quitaba. Me ha gustado mucho amigo Palabras. Abrazote vuela. Paco.

 

Gracias Paco siempre fortalece recibir tus opiniones tan amables y cómplices en el sentimiento. Un abrazo con afecto.

 

Si, los que ya tenemos unos años encima y unas cuantas experiencias que dejaron su huella y que además somos tendentes a la nostalgia y la introspección, es normal que de vez en cuando nos dejemos absorber por recuerdos y añoranzas de tiempos de juventud, esos tiempos donde no hay límites al deseo de conquista y a llenar la mochila de sueños. Gracias por tu comentario, un abrazo.

 

parece que el tiempo hace escarcha, pero este poema, parece solo un anhelo, me gusta lo suave que es, grato leerte palabritas, besos

 

gracias Marianne, suaves son tus palabras que acarician mis versos y les dan cuerpo. Grato es para mi tener tus comentarios y saber que me lees. Un abrazo.