Vela al viento

¿Para qué ver tantos colores?
¿para qué sembrar miles de semillas?
si no hay otro rumbo que la tierra
y palabras que juntas forman una despedida.

Me duele tanto no entender
y un poco más no ser entendido,
que un paso más o uno menos
es tan solo ruta larga para el olvido.

Que tantas estrellas en el cielo
y los muchos sueños en el campo,
que he dejado para la cosecha
aquel adiós escondido en un canto.

Es tan cruel esta naturaleza
de verme nacer y crecer tan despacio;
y hacerse consciente de que esta vida
se pasa rápido entre llanto y llanto.

No requiero tanta inteligencia bruta,
ni acariciar tan seguido al viento,
que así me voy, esta vida es astuta:
pues a como nazco también muero.

Y tanto amor sembrado a palmos,
cosechas grandes, frutos del cielo,
¿qué forma es esta de cruel espanto?
de verme enfermo cayendo al suelo.

Y mi composición tan odiada:
saberme caduco, efímero, no eterno;
igual una vela que se apaga al viento
también me apagaré yo: lento, muy lento.

 

me gusta tu poema,es muy bonito,saludos y estrellas

 

Emotivo y reflexivo poema, se repira melancolía al leerlo. Gracias por compartir tu obra, me gustó encontrarte.

Un beso y hasta pronto.