Veneno de amargura

VENENO DE AMARGURA

Me bebo el veneno de la amargura,
durante noches blancas, borracha…,
siento al a vez el dolor, la furia,
la envidia, la tristeza, el desconsuelo,
sin poder dejar de sentirte a mi lado.

Me trago por mi garganta malherida
trozos de soledad fundida,
entre la esperanza y la realidad
burlándose de mi presencia invisible.

Me trago tus frases, tus sinsentidos,
me atraviesa tu mirada huérfana,
creyendo que te tengo y no te tengo,
creyendo que te he regalado el alma,
y eres tú ladrón de mis entrañas,
eres tú el guerrero enemigo de mi corazón.

Viajamos cada noche sin destino,
por bares, por calles, por sueños,
bebiendo y tragando inmundicias,
respirando el albo polvoriento que mata,
perdiendo la olvidada memoria,
encadenada a la tristeza de no tenerte.

Al final un silencio oscuro en la noche,
un desaire, una huida cobarde con reproche.
Lagrimas rojas en ese portal deslizan,
apariencia carmesí formando apuntes,
como palabras escritas que se aferran,
a mi garganta desgarrada y malherida
que se bebe el veneno de la amargura

a sorbos calcinados y atragantados,
para sobrevivir a mis pensamientos.


Autora: Ángeles Rosique Labarta