Venezuela un aeropuerto

Quiero llevarme en mi maleta un Araguaney, una orquídea y un turpial,
quiero saborear esa arepa al despertar,
quiero esa gaita en diciembre,
quiero hacer hallacas con mi gente

El que convirtió mi país en aeropuerto,
con fugas de talento e intelecto;
no se da cuenta de lo que quiero,
un boleto con destino al progreso
No quiero dejarte Venezuela,
no quiero que llores mas mi tierra
Te amo con todos tus defectos,
te amo con tu delincuencia y tu resentimiento
Ojalá el te amara como yo,
ojalá el se diera cuenta que te lastimó
Y un aunque el venezolano todo lo convierte en sátira,
yo no puedo reír mientras veo morir mi patria…..

 

¡NENA!... Mi corazón venezolano, se conmueve hondamente al leer este poema que nos obsequias.

Estoy CONTIGO y con toda mi amada Venezuela... Rescatémosla de ese demonio rojo.

¡Viva Venezuela, mi patria querida!!

Beso y abrazo para ti, poetisa coterránea.:::hug:::

 

Que cosas mirar siempre las cosas como uno quisiera que fueran por que asi tiene que ser y mostrar ese amor a la patria que nunca se olvidara.Y ver las cosas que pasan tal vez sin poder hacer nada.
Un gusto leerte.
Te dejo un link:
http://www.mundopoesia.com/foros/poemas-de-amor/138040-resurgio-el-amor.html
espero me escribas tambien.

 

Muy bien expresado tu sentimiento sobre el el tema. Me gusto. Abrazo.

 

Albany, entiendo ese grito desgarrador que es tu poema, ante la estupidez de la sinrazón y las ambiciones disfrazadas de revolución y justicia. El tiempo pondrá la basura en su lugar, lo verás en tus días. Saludos solidarios y fraternos, amiga.

 

Como venezolano que soy; y no vende-patria ni regalón, tengo que estar de acuerdo con lo que dice Albany. Da vergüenza que la mitad del pueblo venezolano siga con el cuento de: ¡Dame papá gobierno! en vez de querer trabajar en serio...

 

Albany, eso mismo pensaron e hicieron algunos de mis sobrinos, hace ya como seis años y decidieron marchar a España. La oposición marchaba frenéticamente y los medios llamaban constantemente a las personas a protestar en las calles, prácticamente se encadenaban todo el día haciendo esos llamados. Dos de mis sobrinos estában próximos a graduarse de abogados, abandonaron la carrera y se fueron, pensando que les esperaba un futuro mejor.

Qué ocurrió amiga; la esposa de mi sobrino tuvo que cuidar a un anciano de la clase alta para sobrevivir; mi sobrino trabaja ahora en un supermercado de noche; no volvieron a probar las hallacas, porque según me han contado, la carne cuadruplica el precio de aquí; en fin, están desesperados por regresar a Venezuela.

Recibe abrazos de Dilia, querida compatriota.