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Verdad-Mentira

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por miara, 22 de Octubre de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 903

  1. miara

    miara Poeta asiduo al portal

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    Mujer
    Bajo la oscuridad reinante de una noche cualquiera, sobre un país, una ciudad, de no importa qué nombre, entre la soledad de un parque abandonado a las sombras, sobre un banco rojo una silueta pálida se reflejaba.

    Sus ojos estaban casi cerrados. El abrigo que la cubría, era de un desvaído color tostado y dejaba ver una falda beige de cuadros, deshilachada y vieja, que el viento movía cuando soplaba a ratos. Su cabello, corto y oscuro, se arremolinaba con el aire y parecía que éste a sus oídos hablara.

    De repente, las hojas de los árboles empezaron a caer, semejando una lluvia oscura, acompañada del sonido de unos pasos que se acercaban, resonando con fuerza sobre la gravilla. La figura sentada, la mujer desconocida, como si hubiesen pulsado un resorte, se levanta de repente con los ojos abiertos y expectantes.

    Frente a ella se para otra mujer, altiva, vestida con elegancia ; envuelta en pieles, su cara resplandece como si el brillo de la noche se concentrara por completo en ella. Su cabello es largo, brillante, oscuro como la antracita, pero sus ojos, lo más llamativo en su presencia, parecen cambiar de color a cada minuto que pasa.

    - Hola, hermana. Hace mucho que nuestros caminos no se cruzaban.

    La mujer del cabello corto la mira con sus claros ojos de cielo, ojos en los que el cansancio y el tiempo se reflejan; le señala el banco para que se siente a su lado; la recién llegada, saca un pañuelo de su bolsillo para limpiar el banco antes de sentarse en el mismo.

    - No esperaba encontrarte aquí, entre la penumbra.

    - Debes saber que para mí este es el mejor sitio. Es donde mejor me muevo: entre sombras y tinieblas. Tú mejor que nadie conoces mi naturaleza.

    - Por supuesto, por supuesto. Pero me has pillado abstraída, pensando en lo que traen estos tiempos.

    - Querida, estos son los mejores tiempos. Aunque me temo que sólo lo sean para mí. De todas maneras con la edad que tenemos, ya deberías estar acostumbrada a lo que mueve el mundo. Hermana, hagas lo que hagas, siempre seré su favorita, la que inclina la balanza. Mírame; a través de mi consiguen lo que quieren; les enseño el camino, y cuando lo descubren ya no me abandonan porque se lo hago fácil. Es difícil que me olviden porque yo me adapto a cualquiera de sus ansias.- Sus ojos se tornaron de verdes a negros cuando miró a su compañera mientras acariciaba una de sus mangas.

    - Es verdad, tú eres muy versátil, Mentira. Eres capaz de acariciar los labios de pobres y poderosos; por deseos de amor, ambición ó venganza, te enroscas a su lengua, y desde ese momento es ya muy difícil erradicar tu presencia de sus vidas.- dijo tristemente su hermana mientras se apretaba las manos.

    - Yo no les busco. Ellos me encuentran. Son ellos los que a mi lado se sientan: allano su camino. Un camino que ha sido así desde el principio del universo: El hombre no puede vivir sin mi aliento, sin mi susurro en su oreja. ¡Qué puedo hacer si me encuentran tan apetecible, si tan seductora me muestro a sus mentes aviesas!.¡Si soy la compañera de cama de los gobiernos que a sus electores manejan! ; si nunca a mí renuncian, y cuando les pillan, me maquillan con tu maquillaje de inocencia; es entonces cuando apelan a tu nombre, mi escondida hermana, cuando brillas en sus labios como un estrella fugaz caída.- Y en ese momento, al decir esto, los ojos de la Mentira cambiaron semejándose en todo a los de su hermana, la Verdad.- Tú sólo eres un concepto, tan lejano, tan extraño, que desconocen como es el roce de tu piel al deslizarse por su conciencia; y aquellos que un vez te veneraron, saben que al final la marca que dejas es amarga e improductiva, y saben por la experiencia de reptar en este mundo de miseria, que no eres la compañera ideal. Por eso a mí, me adoran: tengo sitio en el cielo y el infierno, aunque algunos no lo reconozcan. Dime, hermana Verdad, ¿en qué lugar tu palabra se hace un sitio y reina de forma tan absoluta y completa?.

    La verdad miró a su hermana, con la mirada dolida, cansada y algo húmeda. Se levantó lentamente; Alzó el cuello de su abrigo para protegerse del frío de la noche.

    - Lo tienes claro, hermana. Y te doy la razón. En la vida que ha construido el hombre, no soy necesaria. Tu le das utilidad, provecho y engañoso bienestar, aunque envilezca su alma, su dignidad. Pero ¿ qué es el alma? Ni siquiera hay un sitio en el cuerpo que esté claro que la albergue. La humanidad sólo se arrepiente al final cuando todo se ha perdido, cuando no hay solución que sane el daño. No aprenden de sus errores porque creen que el siguiente error en su camino nunca volverá a ser igual.

    -¿ A dónde irás?. Yo me encamino al Congreso. Es mi más querido feudo. Allí se me glorifica (aunque sin mentar mi naturaleza, por supuesto), día sí, día no. Nunca se cansan de agasajarme, de cuidarme: jóvenes y viejos, liberales y conservadores. Soy su amante más constante.- Dijo sonriendo, mientras colocaba uno de sus mechones tras de su oreja.

    -Me retiro hacia un lugar confortable. A esperar; a esperar que el cambio se produzca. Me siento como una semilla olvidada que sueña con que el sol y el agua la hagan germinar. Voy a esconderme entre los libros, aquéllos que hablan de filosofía y de derechos, así como entre las páginas que contienen el saber de los tomos de las grandes enciclopedias, esos que se guardan en una silenciosa biblioteca pública, aguardando a que unas manos toquen y lean las palabras que se dijeron hace mucho: los grandes pensamientos que se abandonaron y por los que muchos sufrieron y arriesgaron sus vidas y esperanzas. El único sitio ,donde creo. que en estos tiempos puedo refugiarme. A esperar como Lázaro que alguien me resucite y me enarbole como bandera, recordando otras épocas, otros ideales. Y si eso ocurre, hermana, batallaremos, y veremos a quien le toca caer vencida.

    - No te hagas muchas ilusiones, Verdad. Tu siempre eres realista. Pero en fin, cuando nos volvamos a encontrar, ya veremos lo que sucede.

    Y se despidió con un gesto, mientras de dirigía hacia el norte con brío, sus pasos resonando con fuerza sobre el suelo a causa de los altos tacones de sus zapatos rojos, de un color tan vivo e intenso como debe ser el fuego del infierno.
     
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