Vergel de aromas dulces.

Exploro laberintos rebuscados,
aquellos que temía y soslayaba.
Una experiencia intensa, pues temblaba;
una pasión por riscos intrincados.

Temo a los hombres duros, lo bragados,
los que a tu voz le imponen dura aldaba,
los que te hacen pequeña, simple esclava,
aquellos que a otros tienen subyugados.

Mas ahora los llevo a ese terreno
donde esgrimo arma fina, delicada
y liberan la cuerda de tensión.

Me redimen de aquel intenso freno
mostrándome de su alma la enramada,
vergel de aromas dulces, corazón.​

 

Qué bueno que puedas tomar tu propia arma y tu revancha. Un beso Luciana.

 

Excelente este Soneto que he tenido el placer de leerte esta tarde.

Saludos Luciana.

 

A veces, los duros son los blandos. Son corazas de cartones pintados, para intentar protegerse.

Te cuento que me "cuesta un Perú" la sinéresis de tres vocales fuertes que propones en el octavo verso. Lo recito como:

"aquellos quea / otros tienen subyugados"

En fin, todo un rollo nunca libre de subjetividades.

Un gran saludo.

 

Gracias, catia- love, por esa actitud de apoyo solidario. Un abrazo.

 

Adabarleon, muchas gracias por pasar y comentar. Un abrazo.

 

Gracias por la lectura. Por más que hago, siempre llego al mismo caso. Como dices, es subjetivo. Mil gracias por tu comentario. Un abrazo.