Vergüenza ajena...

Cómo nos cuesta comprender que estamos
equivocados absolutamente;
qué necios somos, qué vergüenza damos,
siempre buscando dónde hincar el diente.

De donde no nos dan jabón nos vamos
dando patadas educadamente;
hasta queriendo con locura odiamos
y hasta en silencio nuestra boca miente.

Sólo invocando la desgracia ajena
vamos logrando que a la nuestra, al menos,
no le merezca hundirnos más la pena.

Qué forma terca de pasar de largo
por la existencia, sin piedad ni frenos,
rumbo a quién sabe qué destino amargo...

 

Veo aquí una gran influencia quevedesca. El desengaño, eterno tema del Barroco... Un saludo, Jorge.

 

Una autocrítica muy profunda, poeta, muy bien dicho. Un gusto leerlo.

 

Muchas gracias, José.
Un saludo

 

Gracias, Luciana. El gusto es mío.
Saludos

 

muy buen soneto, poniendo en superficie la decadencia de nuestro ser. Me gusta tu estilo frontal . Un abrazo

 

Muy bueno Salvador. Me recordó un poema que que leí hace años aquí que creo era suyo y que me impresionó muy favorablemente. Era referente a las apariencias de las que somos viles esclavos, y hacía referencia también a nuestra forma a a veces de poner el codo a los vecinos, para sacar ventajas... Sera? La memoria a veces engaña... Aunque los buenos poemas, como los suyos, a veces se quedan en algún rinconcito por ahí... Gracias por la entrega.

 

Gracias, Gustavo. En verdad resulta muy triste ver cómo los hombres emplean la vida para perderla de la peor manera...
Un abrazo, compañero

 

Muchas gracias, amigo, no recuerdo cuál es el poema a que te refieres, en verdad este es un tema bastante recurrente en mi poesía. Celebro y te agradezco mucho la consideración de "buenos poemas" que das a mis humildes intentos.
Un abrazo

 

Gracias por los versos.
Te levantaste cabreado con la humanidad... ni tanto ni tan poco, somos una humilde astilla de verano o los fríos glaciales del invierno; naturaleza pura, ni más ni menos.
Un abrazó poeta.

 

Los humanos somos el gran y eterno problema de la humanidad, y lo sabes. Con esa realidad, poco se nos puede pedir.

Un abrazo de los de verdad.

 

¿Te han iluminado los príncipes del Parnaso o es solo cosa tuya? Se te ve a leguas el oficio, camarada. Sin duda, una pasada de poema, de esos con los que uno disfruta hasta decir basta.
Mi admiración y mi abrazo.

 

Hace mucho, casi desde que tengo uso de razón, que estoy cabreado con la humanidad, azote del planeta y de todas las criaturas que lo habitan. Poco he dicho.... (risas)
Un abrazo, amigo

 

Lo único que se nos podría pedir es que desaparecieramos de la faz de la Tierra y dejáramos de joder el parque.
Otro abrazo, mi querido Manolo

 

Jajajajaja, ya quisiera yo, querido Vicente. Tú que me miras con buenos ojos, tú sí que tienes oficio en estas lides. Yo, aprendiendo de quienes sabéis...
Mi abrazo y mi amistad incondicional te lleguen, POETA