Verónica y el odio.

Cuando Verónica murió
siendo eterna mujer de
treinta años, las cosas le
cambiaron y el destino se
le volteó, entonces ella
se divorcio de su marido
y al odio como amante
adopto, empezó a odiarse
el cuerpo por haber fallecido
con su hijo dentro, por tener
lombrices queriendo ser
un fruto de amor.

Y se ilusionó cuando poseidón
la desnudó en pleno
mar de creta, y el minotauro la
despedazó, ella pues, recogió sus
pedazos y se cosió con hilo y alcohol
entonces la culebra, se le pegó en el
vientre que antes un niño creciendo
tenía, ahora la culebra llenaba ese
vacío. Pero Verónica nunca supo
que al cabo del tiempo de espera
saldría una serpiente muy lista
y muy fresca...Y le compró ropa
de calavera.

Acomodó junto al padre la cuna
hecha de piedras con crudeza
para así cobijar al ser ciego
de colores sepía, y el vientre le
creció ¡Cuán feliz era ella! Pues
por fin su niño le diría ''Madre
pon hiel en mis venas'' Una noche
cuando las colinas del universo
sumergidas en la consigna del kybalión
la veían, Verónica expulsó a su criatura
venérea, entonces sucumbió al castigo
de muchos ayeres, cuando el mendigo
se le apareció carcomido en pieles.

Entonces iracunda decapitó a la culebra
y de sus adentros salieron polillas y lagartijas
que poco a poco se podrían en el dedo
de Verónica, muchos verdes se asomaron
a la ventana de su cuarto, y en su morada
nunca más cantaron pajarillos, sólo
sirvientes de buitres que le llenaban la
cama de calma y de almejas en forma
de paz y canciones de botellas.

Y renegó de los niños y del de ella
en su corazón quedó viviendo el asco
y la miseria, una noche Verónica se
quitó los cabellos de doncella y se
puso una peluca hecha con alas de abejas
y tantas visiones patéticas después
que vomito mientras Teseo la persuadía
para vender su televisor con hormigas
pegadas a la luz eléctrica.

Sigfrido se salió del libro, dejo
de cantar el nibelungo, y quiso
hacerse cargo de la situación
regalándole a Verónica una
pulsera, pero ella la desechó alegando
''Quiero mi niño, no esa porquería de
mierda''.

Cayeron transistores defectuosos
que antes habían anunciado el
suicidio, por las sienes de ella
se escurrían las neuronas con
bolsas de plástico, asegurando su
muerte envueltas en papel de
fayuqueras, Verónica se caía
poco a poco, así, a piezas, el
odio se reía de lejos, pues muy
odioso pero es tan cobarde como
aquella cerda, que me busca todavía
y se esconde detrás de una ramera.

Yo tengo la cura para el cáncer
que cantaba un rey que estuvo en
china, yo tengo una célula muerta.
Pero Verónica seguía derritiéndose
en medio del cuarto seco y lleno
de esperpentos con serpentinas.

El odio tomo su forma con olanes
de príncipes y princesas, jaló
a Verónica y la hizo avispa rastrera
en ese momento, Verónica es la responsable
de que los niños se mueran.

Pero yo soy algo inmune al deseo
de esas coartadas arabescas, la
saga no me permite esbozar el
misterio de los vientos, las aguas
y los fuegos...Aunque Verónica me
succione...El hijo de Leviatán me
espera.

 

Un terrible relato, casi epopéyico, angustiante y a la vez liberador. No sé si me afecta por la similitud del nombre, pero es digno de que sea leído y releído, fijate que te faltan algunos acentos.
Cariños

 

Hola....

MUchas gracias por tus comentarios, lo hice por que, ayer leí algo que me impactó y me imaginé a esa Verónica así, toda jodida y llena de puras cosas negativas así está sin duda alguna, y al igual que esa Verónica hay muchas personas...Lamentable por ellas, pero bueno, al menos pude sacar mi impresión por este escrito.

Saludos y revisaré los acentos.