Versándote

No te voy a invitar al concierto
donde las voces idas
dan musicalidad al acetado
con boleristas de nubes caídas
te fuiste, ya no escuchas
agraciada es mi vida
pues la piedra en qué eras
ya no es tranca, ya no obstáculo
está abierta o está rota
toda puerta prohibida.

No guardo cataratas de llantos
aunque si dolores, vituperios proferidos
mas pequeña el ánfora de alegrías
que la del férreo puñal con que me herías
pero para mas satisfacción
el ánfora pequeña servía.

En ella los besos ardientes
En ella, los abrazos del día
En ella… mi madre que hablaba
orientaciones del día a día.

Los campos, las flores, los mares
y la luna,
los cantos del ave y el gran aleluya
los estrechos senderos de la estrella que alumbra
y un Dios que en sus brazos siempre me arrulla.

Arcángeles queridos, Miguel y Gabriel
me libran en luchas contra el demonio aquel
que travieso de envidias
zancadillas propina…
la doblez que contraria el visto parecer

¡Mira qué ironía llevarte en mi ser!
herida y sutura de inolvidable amanecer.
Lejos de riberas, de sabanas y costas
aparco entre palmeras
trozos de esperanzas…de esperanzas rotas.

EPEV2015

 

Bellas letras.
Un placer leerte

 

Excelente calidad de las luminosas letras maravillosas.

 

es un placer recibir vuestros comentarios. Luis Prieto, su consejo es recibido con beneplácito en clara disposición de la presentación del poema.