Versos andariegos

Cediendo a la insistente invitación
de la naturaleza a visitar su mansión,
emprendo mi camino de viajero errante,
ciudadano del mundo, única lengua parlante.

Observo el esplendor de su paisaje,
escucho de la tierra y del viento el lenguaje,
de los inquietos ríos el runruneo,
de los árboles las hojas, el bisbiseo;​

de las aves el vuelo majestuoso,
de las flores el color glamuroso,
montes y cumbres nevadas,
arenas y playas doradas;

cascadas y glaciares imponentes,
cielos y estrellas relucientes,
costas y fiordos sinuosos,
selvas y árboles frondosos;​

amaneceres resplandecientes,
ocasos iridiscentes,
animales de la granja y del corral,
las plantas de la huerta familiar;

vente, me dijeron el monte y la llanura,
aquí está la poesía, la música y la pintura,
vente, me dijo el amor universal,
de la humanidad expresión natural.​

Muchos amores, distintos lugares,
los mismos cielos, los mismos mares.
Vente a celebrar del amor las festividades,
sus matices, sus variedades.

Vente, y verás que todo es amor,
que el mundo es una flor,
cambia su forma y su color
pero es eterno el amor como su creador.​

 

Gracias Maramin por compartir el sentido de la vida que es un camino lleno de poesía por el romántico peregrino .Un abrazo.