Viaje al centro de mi autoestima

Flores que sobreviven al calor,
la brisa nocturna que corta la piel
de los sensibles al amor,
un pacto sucida con besos de colores
de ranas venenosas
que saltan por las tardes en mí jardín,
en un árbol dejamos nuestros nombres,
del tuyo salían las flores,
las que sobreviven al calor,
el piso se partió en dos,
los peces comenzaron a anunciar
el fin de los tiempos,
del miedo tomé tú mano tan fuerte
que casi fue verdad que estabas aquí,
otra vez desperté donde los bosques
por las mañanas se llenan de melodía,
está vez es tú voz... Tu voz
que sobrevive como canción,
el suicidios parecía trágico
menos el nuestro,
ahora nuestra vida es eterna
hasta que despertemos.


saludos, gracias por leer.

 

Gracias a ti por compartir tu poesía. Fue grato encontrarte.

Un abrazo.

 

Gracias por tu poema
me ha encantado recorrer tus versos