Vieja guitarra

Vieja guitarra mía, cuerdas jóvenes en mis manos,
con esta trementina en tu boca, lira enardecida,
descuélgate del hombro y desnúdate de tus años
que la voz diamantina que alza el canto es la de la vida.

Escribe esbeltas notas para los peces en el río,
corcheas y bemoles al sosiego de la rivera,
turgentes sostenidos a las flores con su rocío
que en su pecho desnudo cierne, amable, la primavera.

Vieja guitarra mía cantémosle un cantar sincero,
ofrezcámosle sed y agua, el cielo y su argentada luna,
que ya bien sabe que entre mujeres como ella hay sólo una,
la que en mi indivisible corazón es la que más quiero.

A su balcón vayamos, con lozano y humilde gesto,
en una procesión de besos a sus besos de hinojos,
cuando sepa que el dulce canto de esta letra es honesto,
el frío de mis ojos cubrirá al calor de sus ojos.

¿Vieja guitarra, ardid nocturno, cómplice de mis sueños,
cuántas veces la voz del silencio nos gritó un reclamo?
Ahora que ya somos de estas voces únicos dueños,
[FONT=Tahoma]muy despacito acércate y dile al oído que la amo.[/FONT]

 

el frío de mis ojos cubrirá al calor de sus ojos.

Sublime poema el que nos expresas amigo, Bien elaborado y logrado como siempre

EDU