Viéndome sin verte, sonrío.

Ayer.

Los espejos se deshacen
en nuestro aliento
como el amarillo
en primavera,
creando ausencias.

Hoy.

Nuestro aliento se deshace
en los espejos;
viéndome sin verte, sonrío.

Mañana.

Espejos empañados con sonrisas.

 

Ayer.

Los espejos se deshacen
en nuestro aliento
como el amarillo
en primavera,
creando ausencias.

Hoy.

Nuestro aliento se deshace
en los espejos;
viéndome sin verte, sonrío.

Mañana.

Espejos empañados con sonrisas.


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La profundidad se desempaña y la poesía fluye serena, esperanzada. Con la sencilla belleza de los cronómetros de la ilusión.

Ha sido un gustazo leerte. Un saludo cordial desde Buenos Aires.

PD: Reedité tu trabajo porque te habías olvidado una letra.

 

Tienes muy buena pluma. Te felicito.