Viene sol... o viene lluvia

Viene sol... o viene lluvia, se depositan en los poros de mi desesperación y me cuentan de mis malas decisiones, me calman con la suave mano, esa que acepta que ya nadie la ama. Así que la sensación de perdida de quien antes nos amo, se anida y despliega sus alas sin temor al vació.

Yo voy a amarte tal ves como nadie té a amado, aunque tenga que mostrarte las luces de nuestro pasado, avisándonos, que lo que viene para ambos es parte de hoy y del mañana, tu me amaras y me amas tal vez como nunca has amado a nadie, así nos dejemos de ver en las esquinas de la vida, entre los callejones de la muerte, o en la casa del dolor, nuestros sudores nunca podrán separarse, viven en las fibras de todas tus ropas y las mas profundas esas que son cubiertas por tu piel ¿Dónde deje mi amor crucificado?, ¿Haciendo parte del entorno tal ves? Bailando pretencioso, frente al brillo reflejado en los ojos de los santos.

Viene sol... o viene lluvia, se instalan en mi, descarados en un lugar secreto, La imagen enrarecida de mi amor, besando a un extraño, se congela en mi retina como testamento, de que no debo luchar por ella, de que me fui y lo perdí todo, en un mundo, que en su trepidar arranca malas sensaciones, hace germinar manzanas podridas, reviven formas añoradas, encamina viejas causas y deja de un lado mi corazón vagabundo para estrellarlo contra el mundo.

Así percibo lo intangible sin creer mucho en él, solo como la marca indeleble que nos dice que lo primero fue tu mágica hermosura, luego asesinos fantasmas tan inmundos, tan patéticos que ya me quiero liberar. Puede que lo aceptemos y lo olvidemos como vestigio de que aun pensamos en los dos y nos amamos, ya nada mas nos falta, ya nada mas nos enloquecerá tanto, como para darnos cuenta que no solo es amor, lo que sentimos.