Vine a adorarte

Con el tiempo me enteré, sentado en mi sillón, en mi cuarto,
cerca de la ventana, leyendo mi Biblia, de un profeta
que recibió la respuesta a sus oraciones ... a las tres semanas.

Debe haber alguna oposición, en el segundo cielo supongo,
y no debería decir que estaba estudiando sobre el ayuno de Daniel,
porque no es esta una prédica.

Es que me dejo pensando que, es como si el Sha, me dijera:
¿no es extraordinario?
has puesto tu mirada solo en mi gloria que es mi presencia;
como quiera que sea, me haya manifestado y ves que ya no sufres más.



“Te recuerdo de niño, estabas contento cuando viste,
para mi, el primer tierno amanecer;
hermoso albor para ver, esos ojos sorprendidos,
que eran como dos luceros, lleno de vida y fantasías hermosas,
ahora en sueños me dices; que cada día, conoces a un Ángel
y que te dejan ir por donde tú quieras.
La noticia me la dio el SHADAI primero;
de una forma que lo dice todo y responde todas las preguntas,
incluso interrogantes que no vienen al caso.
Noche de paz.
Un cielo azul hermoso, no había gente, todas las familias en sus casas,
era noche buena, y veíamos como los juegos artificiales
que lanzábamos como cohetes a las estrellas, estallaban cerca de las nubes”



Nunca te olvidaré, te habrás ido de mi vista
pero no de mi corazón,
cuando reías y tenías la cara más bella del mundo,
utilizabas tus clases de teatro para hacer reír a tus amigos,
especialmente a tus amigas,
y tus clases yudo para cuidar de ellas,
y tus clases de canto y música para cantar en otros idiomas,
recuerdo esa última Navidad que la pasamos juntos,
con un amigo tuyo, que horneo el pavo navideño
y ahora está en New York; cuando dio las doce de la noche,
y entraste a la casa, dejando la puerta abierta,
para mi sorpresa con un montón de juegos artificiales;
y yo que pensé que te ibas a gastar todo el dinero que te di,
en licor y todo lo que consumen los adolescentes de hoy y siempre...




Llegó como varios golpes en mi estómago pero sin dolor
y luego todo mi cuerpo empezó a temblar,
porque entonces; rezaba mucho por él, todo el tiempo,
de mañana, al medio día, por la tarde, en la noche, en la madrugada y...

en un total perfumado roció de la tarde, cuando desciende lo divino,
a las tres semanas obtuve respuesta de los cielos,
en esa Iglesia Pentecostal, ubicada inusualmente en el
tercer piso de un edificio, con una escalera externa,

y a los pocos días mi hermano me comunico:
“nos dejo...”
Era el menor de todos y yo no lo podía creer;
es que se supone que los mayores se van primero. ¿No?¿No?