Viviendo la vida.

Me estaban esperando, a la sombra de un olivo.
De su compañía, no me privo.
Me ofrecen astucia y veteranía.
Mercancías apropiadas para la madurez, que me toca encarar.


¡ No me vayan a disparar ! Por favor, ¡ No disparen al pianista !


Y dicen: " Tócala otra vez, Sam. "
Soy negro, en Casablanca.
Como Obama, en Washington de los Estados Unidos.
Sólo que yo, en Marruecos. ¡ Parece muy divertido !


Probé la granizada de limón, y se me antoja como un manjar sagrado.


Más potente que el vino tinto.
Por ello, estoy contento y feliz, en el prado.
Con mi novia Fredesvinta, que lame un jugoso helado.
Espero que sea de su agrado.


Nunca he visitado Coimbra, Lisboa ni Sintra. Y eso que Portugal no está muy lejos de España...

 

bello poema y vive la vida, y si no puedes viajar, pues, mira documentales de viaje y viaja imaginariamente Un abrazo.

 

Hermoso y reflexivo poema, amigo.
Un placer leerte.
Saludos