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Vivir como el último día

Tema en 'Prosa: Filosóficos, existencialistas y/o vitales' comenzado por Vicent, 9 de Octubre de 2011. Respuestas: 0 | Visitas: 1003

  1. Vicent

    Vicent Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    20 de Agosto de 2011
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    Me levanto de la cama. Es un día como otro cualquiera, ¿o no lo es?. Me miro al espejo, y de pronto una pregunta surge de la nada y acude hacia mí como una exalación y atraviesa todo mi ser: ¿Tengo alguna certeza de que vaya a llegar el día de mañana para mí? ¿Podría ser hoy mi último día?
    Primeramente la presencia de estos interrogantes produce en mí una sensación desagradable. ¿Puede ser agradable pensar que esta vida es finita y que puede terminar cualquier día? (hoy por ejemplo es cualquier día). No, no creo que sea divertido pero...¿es real? Nunca me detuve a reflexionar sobre ello, pero entonces...¿es verdad? ¿el paso por aquí podría estar cerca de su fin? ¿no tengo el día de mañana asegurado?
    Me inquietan estas cuestiones; nunca pensé acerca de ello, pero otra vez por sorpresa se presenta ante mí la repuesta a todos estos interrogantes, y de nuevo atraviesa todo mi ser: El fin de tu vida actual puede acontecer cualquier día.

    Siento una sensación desconocida. Ahora oigo el tic tac del reloj de mi salita; nunca lo había escuchado con esa intensidad. Tomo el desayuno como otro día cualquiera, pero ya no lo es; éste ya no es un día como los anteriores. Degusto las tostadas como nunca antes había sentido...¡qué delicia! Son las mismas tostadas de todas las mañanas, pero saben mucho más intensas. Las disfruté como si no tuviera la certeza de que vaya a poder saborear más tostadas alguna vez, y de hecho, ya no tengo esa certeza.
    Me siento lleno de energía, y aunque parezca contradictorio, el tener presente que el fin podría estar cerca no me hace caer en el desánimo sino todo lo contrario: ahora lo importante cobra su verdadero valor dejando al margen lo superficial. Cada instante encierra en sí mismo todo el significado; cada minuto cuenta, y es importante. Ahora no tengo tiempo para enfados que no me aportan nada, ni voy a perder un ápice de mi energía pensando en lo que pudo ser y no fue, o en lo tal vez algún día será, ¿cómo podría ya?
    Cada encuentro con otro ser cobra un significado transcendental, profundo. Doy lo mejor de mí y recibo el afecto de los demás. Me regocijo en su bondad. ¡qué sensación tan maravillosa! Descubro el lado humano de las personas, descubro sus corazones, los siento, y es enriquecedor; lo puedo sentir.
    Cada situación es ahora una oportunidad para alimentar el espíritu. Camino por el bosque que suelo caminar, pero ahora éste emite un brillo espectacular. Me fijo en un ave que vuela dando círculos, e intuyo que está buscando comida para alimentar a sus crías, me conmuevo. Una mariposa se posa en la rama de un árbol...¡qué belleza! Siento la grandeza de la creación, siento la grandeza de mi interior...

    Despierto a la mañana siguiente, enriquecido por las vivencias vividas en el día de ayer. ¿Mereció la pena vivirlo así? Y de repente, una pregunta acude a mi mente: ¿Tengo alguna certeza de que vaya a llegar el día de mañana para mí? Me siento lleno de energía, me siento vivo de verdad...
     
    #1

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