Vivir con temor, vivir condenado

Esperé por ti, por tu presencia en el aquí
esperé por ti, aun cuando la razón me decía que no
el tiempo no daba lugar a mi dolor
pero mi corazón seguía jugando con mis sentimientos.
Lo más penoso es verte partir
verte alejarte, no a millas, ni a kilómetros
simplemente te alejaste de mi
tan vacío e invisible
que comencé a sentirme solo.
Comencé a culparte y a pedir perdón
comencé a soñarte y a vivir en el suplicio
eh sido condenado a tener temor
de que un día regreses
a sentir, bajo los brazos de otro amor.
Entonces siento una bofetada
es esa efímera idea
que me visita por las noches
“Dile lo que sientes”
no corras, que es cobarde
“Dile lo que sientes”.
Acabo llorando tendido en el suelo,
es ella quien llego de sorpresa
busqué donde no se debe
es mi culpa después de todo
ella encuentra el amor
y yo una equivocación.

 

Conmovedor, el desamor tiene caminos insospechado, siempre en la balanza hay uno que deja su peso en iluciones por encima del otro y duele el desequilibrio que se expresa en silencio, un gran abrazo, es un poema del alma, mis saludos.