Vivir del cuento.

Es todo, de repente, fascinante.
Posturas relajantes, labios ardientes, tresillos cómodos, sofás de cuero, alfombras persas...
Amigos íntimos impresionantes.
Labores expresivas, extenuantes.


Caciques competentes, emperatrices-meretrices y Óscar de Hollywood.


Cocktail de rutinas diarias, acumuladas y chispeantes, como la lluvia otoñal, del mes de Noviembre.
Nube de Noviembre, Masái-Mara en Kenia, pueblo pastor de camellos...
El viaje de Doble-P, que procede del asteroide Gijo, y viene al planeta Tierra, en su platilleta.
Azazel, según Isaac Asimov, que contrariamente a su designio como demonio, intenta ayudar a la gente.


Lo sensato es esclarecer. Y profundizar demasiado en la teoría, es demencial. ¡ Necesitas explicar !





Me siento infante, pero adulto, al mismo tiempo.
Triunfante y colaborador. El rico Epulón, ya no es avariento.
Lázaro y él trabaron amistad, y desde entonces, no sólo recibe migajas de pan, que sobran de los almuerzos.
Sino potajes de lentejas o garbanzos, y platos de arroz con trozos de conejo.


La margarita dice: " Te quiero, te quiero, te quiero. " Cada vez que le arranco un pétalo blanco...


¡ Blancanieves !
¡ Cenicienta !
¡ Caperucita Roja !
Hay que ver, cómo ha cambiado el cuento.

 

Nueva lectura que pinta una gran sonrisa. Saludos.

 

Gracias, amiga.
Ser amigos de la margarita, es un gran paso.
Todos sus pétalos dirán: " Sí, quiero. "

 

Del cuento se vive, pero muchos no nos convence, jajaja
Esta bueno, me gusto leerte.
Un abracito

 

¡ Oh, la Dulce C ! Un abrazo de mi parte, para ti.
Vivir del cuento es posible, si uno ve un poco más allá de sus narices, y se desapasiona, saliendo fuera de su Yo, para admirar la obra ajena. Entonces, la obra de cada cuál, no es buena, ni mala. Ni bonita, ni fea. Simplemente, suya. Así, podemos encontrar fantástico, un plato de garbanzos. O tal vez, una ensalada de espinacas con queso de cabra y miel de abejas. O incluso un cuerpo desnudo, de mujer.


Entonces, ¿ En qué sentido el autor, es obra ?


O sea, yo admiro la obra ajena.
Entonces, el autor legítimo de esta obra, que llamamos Universo, sería el Absoluto.
¿ Admiro la obra del Absoluto ?


Así, puedo respetar el planeta Tierra, y a los animales, las plantas, los minerales, los ríos, los montes, los mares...


Porque me entusiasman.
Y luego, si alguien se fija en mí...
Habrá mutuo acuerdo.
Sin embargo, también es admisible el rechazo.


¿ Por qué ?


Porque el que sabe, y sabe que sabe, pero no dice que sabe, es el verdadero sabio.
Y todo se queda en nada.
Un cuento...
O sea, de cada cien personas, quizá una...





Me mire a los ojos. ¡ Es así !