Vivir muerto.

El siete de noviembre
llega a la vida
el niño que siembre
a la madre de alegría.

Un niño precioso
nacido con una sonrisa,
hijo de padre monstruoso
y no de la madre precisa.

Llegado en mal momento
a esta terrible vida,
el padre era un tormento,
la madre estaba rendida.

Recibiendo los cuidados
de una madre adoptiva,
olvidaba tiempos pasados
mientras los años cumplía.

Viviendo engañado
durante toda la vida,
no conocía el pasado,
solo a la madre adoptiva.

Al fin cumplidos
los dieciocho años
no conoce momentos divertidos,
solo dolores y engaños.

Una juventud muy dura
encerrado en una casa,
miraba aquella cerradura
como una ilusion innata.

Con la edad de diecinueve
por fin logra marchar,
una vez que muere
y dios la viene a buscar.

Salió de aquella casa,
una nueva aventura,
toda la gente que pasa
lo miraba con ternura.

Nunca se imaginaba
como era el exterior,
ni la tele mirara
en el terrible interior.

No entendia nada
de lo que sucedía,
gente muy extraña
que jamas imaginaría.

Tenía un poco de miedo
pero caminaba tranquilo,
parecía aquello el cielo
donde no hay nunca castigo.

Entró en un lugar,
se llevo todo lo que quiso
pero al despertar
estaba tirado en el piso.

Detenido por robar,
la policía lo enjauló,
no se podia explicar
lo que ahora sucedió.

Pasaron años en la prision,
le pusieron al fin un compañero,
venía de la detención
para ser como él, prisionero.

No dormía de día,
no dormía de noche,
la vida no entendía,
era como un reproche.

Veintisiete años tenía
cuando su compañero le habló,
el no entendía
lo que este preguntó.

Le preguntaba por familia,
todo lo que nunca conoció,
el contestó que vivía
con la mujer que lo encerró.

Le preguntó que había hecho
y el chico respondió,
que debajo de este techo
un día despertó.

Por fin había logrado
escapar de aquel lugar,
parecía ya pasado
pero lo volvieron a encerrar.

El lo mismo preguntó,
de la familia no le hablaba
y de lo otro contestó
que el solo mataba.

A un hombre había matado,
una mujer se lo pidiera,
no podía haber imaginado
que la policía lo cogiera.

Esa mujer era su madre
que despues de tanto daño
quiso matar al padre
dese niño abandonado.

En la prision pasaron los años
hasta llegar a la muerte
de quien sufrió todos los daños
y tuvo peor suerte.

Ahora ya desde el cielo
el hombre descansa feliz,
ya no pasa ningún miedo
de que algo lo pueda herir.

Después de todo el engaño
ahora podra disfrutar
sin preocuparse del daño
que alguien pueda provocar.​

 

ups...que tremendo poema...muy bueno...una gran historia con un desenlace muy bueno...te felicito
saludos chanyta