Vivir muriendo

Acostado en esta execrable posición, con las piernas ulceradas y brazos cruzados, sin poder moverlos, tanto por iniciativa propia como por esta incomprensible atadura que me sujeta. Llevo interminables días sin probar bocado alguno, en los que mis únicos pensamientos van dirigidos hacia el mas allá. No comprendo porque estoy aquí...definitivamente no soy uno de ellos! Mi forzado estado catatónico me obliga a soportar mis propios excrementos, que carcomen paulatinamente mi agotado ser. Quisiera evadir eternamente de estas cuatro paredes podridas que se han convertido en mi hogar... dulce hogar. Como acabar con este suplicio? Por lo menos mi imaginación fértil ha permanecido intacta y no son las oportunidades que faltan sino los medios para lograr mi escapatoria final. Cuanto tiempo llevo aquí? He perdido la cuenta y probablemente nunca vuelva a ver un calendario en mi puta vida! Veo el techo desplomándose, tirándome de vez en cuando sus costras desteñidas; es la única cosa con la cual he permanecido en contacto visual durante mi estadía en este infierno terrenal. Como será la muerte? Sera peor a lo que estoy viviendo en este preciso instante? No creo que sea tan cruel, porque si mi destino estuviera en sus manos, ya me hubiera acogido tiernamente en su seno, como su hijo prodigo, como su oveja perdida. Quien decidió por mí? Donde queda mi libre albedrio? Yo no he escogido estar aquí, como ninguno de los que comparten esta tortura. Vivir en estas condiciones es inhumano y reto a cualquiera que quiera conocer realmente lo q es sufrir. En este lugar, el dolor es físico por que las escaras infectadas me producen un dolor lancinante insoportable, cuando no es el olor mezclado de mierda y orina q invade y provoca asco de mi mismo. El martirio es psicológico porque mi única compañera inseparable es la soledad, que aguarda junto a la muerte con su sonrisa piadosa. El peor castigo, es todavía tener plena capacidad de mis facultades intelectuales porque lo único que me es permitido hacer es pensar. Y pensar ideas congruentes todo el día sin poder llevarlas a cabo, es sentirse inútil e impotente ante mi realidad. Solo puedo esperar pacientemente a que fallezca de muerte natural, porque nada ni nadie me sacará de aquí. Es mi triste destino purgar mi condena ficticia.....

Dicen que entre el genio y la locura, hay una estrecha línea que los separa. Por lo visto, en mi caso, la moneda cayó del lado equivocado…