Vivo en la lujuria

La popularidad del verso reabrió las puertas
y el infierno tomo forma de cabellos mortales,
únicos como su mujer fueron al sol destruyendo
y acabando el juicio así dicho, en tornasoles.

Parecería que el cielo es un rastro de animales
que cocen entre los arboles volviendo a nacer
indestructibles los corazones, redondos
y sin cáncer, sin rastro y leucemias diabólicas.

La luna fue deteniendo a mi astro en las puertas
sonriendo casa abajo entre los arboles y su
fuego fue realmente adormecedor, limitando
apenas con la luna en su albor y timidez.

Que podría llover en una áfrica desierta
en algún ritmo de su cuerpo sin sostener la luz
arrasadora de la estrella que aun sometido en las piernas
cada susto fue depurando al otro...

Realmente para días tímidos de años que se acortan.

 

Precioso ese final
Se lian la naturaleza y el desencuentro de dos
como si fuesen filigranas de plata.
Siempre gustosa de leer sus misticismos hechos poesia
se despide una princesa.​