Vivo o muerto

En el pueblo soñado,
en la casa de mi niñez,
manjares en la mesa,
mi pieza,
todo el día para hacer lo que me plazca...
me siento muerto.

Ya en la jungla de la urbe,
cenas que ni el perro tirado a mi lado las quiere comer,
en un cuarto húmedo con otros vagabundos como yo,
trabajando para vivir,
pero nunca viviendo para trabajar...
me siento realmente vivo.

 

Solo los peces muertos nadan con la corriente... Buena reflexión. Abrabesos

 

Qué duro final! y sin duda estás más vivo que nunca cuando se siente y se percibe tan apremiados momentos. Un placer amigo Aires! saludos, feliz día, y hasta el próximo verso.

 

gracias por pasarse , saludos!