Volver a casa.

Aquí viene dicha hora,

en que se desmoronan,

ciertas reglas comunes,

y otra realidad se une.


Mirando por el hombro,

algo te dice no estás solo,

madrugada y casi al filo,

otra vez recorrido temido.


Puede ver su respiración,

pisa más el acelerador,

un aire gélido y escaso,

antes de dar el frenazo.


Ese mismo día en otra madrugada,

parte pueblo olía a piel quemada,

un transporte que no era apto,

pero la necesidad y el descaro.


Quien fue el responsable,

poco sirve ahora buscarle,

el último viaje sin destino,

con los boletos excedidos.


Poco más de mis almas,

deseando volver a casa,

incautos ninguno sabe,

su vida muy poco vale.


El chirrido de las vías,

que vecinos no olvidarían,

vagones tropiezan rompen,

afortunados mueren de golpe.


Otros tantos enterrados vivos,

y con tierra cubren error masivo,

partes en la escena quedan atados,

aun dibuja siluetas emiten diálogos.


El mayor accidente ferroviario,

tiene cementerio improvisado,

aunque ahí no descansan restos,

algunos pasajeros siguen presos.


Un anciano dicen es visto,

y la sombra de un niño,

que a la gente sale al paso,

en el lugar del trenazo.


Si piensas en algo lo llamas,

y todos quieren volver a casa,

perder día por gusto es absurdo,

cuando la madrugada te trae luto…

 

Hola guapo paso y dejo mi aprecio en tus bellos versos en un abrazo de colores,